Peregrinación Ubaté y Chiquinquirá

La Casa de la Misericordia en su sede Cristo Te Sana, el pasado 19 de Octubre realizo una peregrinación a Ubaté y Chiquinquirá en Cundinamarca, a la cual asistieron 42 personas integradas por socios, miembros de las comunidades y algunos familiares de los mismos, acompañados por Cecilia Monroy, Salome Parodi y Mónica Alarcón, funcionarios a cargo.
Durante el recorrido realizaron la oración personal con Misericordia día a día para escuchar la voz de Dios en nuestras almas y alimentarnos de Su bendita Palabra, luego hicieron el Santo Rosario meditando cada Misterio con devoción y al finalizar celebraron el cumpleaños de 2 peregrinas que tuvieron la dicha de recibir una bendición especial del Diacono Armando Lacouture quien los acompaño durante toda la jornada con reflexiones y oraciones especiales.
El primer sitio sagrado que tuvieron la dicha de visitar fue la Majestuosa Basílica Menor del Santo Cristo de Ubaté, donde se hizo un recuento de la historia del Milagroso Cristo que se encuentra justo detrás del altar, rezaron las oraciones para ganar las indulgencias y visitaron cada imagen admirando todo lo que cada una inspiraba.
Luego con cantaron a Dios y la Santísima Virgen durante el camino, se dirigierón a Chiquinquirá, lugar donde La Madre de Dios y Madre Nuestra se manifestó en la renovación de un cuadro donde se había plasmado su imagen en la advocación de Nuestra Señora del Rosario y que es característica por tener a san Andrés Apóstol y a San Antonio de Padua, uno a su derechas y el otro a su Izquierda. Al llegar visitaron la Capilla de la Renovación donde se encuentra un pozo que no se seca y ha estado allí durante años en el sitio donde se renovó el cuadro de la Santísima Virgen María, lugar en el que también escuchamos la Milagrosa historia del pozo y la renovación. Luego vivimos la celebración de la Santa Eucaristía en La Basílica Mayor de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, donde tuvieron la bendición de hacer procesión dentro del templo con el cuadro renovado.
Al regreso Oraron la Hora de la Misericordia y se fueron contentos cada uno para sus casas, agradecidos con Dios y Mamita María por tantas bendiciones recibidas y por tener la dicha de ver las manifestaciones de amor y cercanía que realiza para demostrarnos que están con nosotros, que escuchan nuestras oraciones y que nos aman infinitamente.