Papa Francisco, la corrupción "es un pecado grave"
La corrupción "es un pecado grave", y una pendiente en que la gente podrida se hunde cada vez más, según alertó el Papa Francisco en la misa de las siete de la mañana en Casa Santa Marta, a la que asistían una treintena de personas, incluidos algunos empleados del Vaticano.
El Pontifice condenó la corrupción con duras palabras, al considerarla un grave pecado:“Dios nos encargó ganarnos el pan con un trabajo honesto”. “Esa costumbre del soborno es una costumbre mundial manifiestamente pecaminosa. Una costumbre que no viene de Dios”, dijo Francisco.Y quien vive de “pan sucio” pierde su dignidad. “¡Y es un grave pecado!”, dijo el pontífice.
Francisco rezó sin embargo por los pecadores: “Pedimos al señor que cambie el corazón de los seguidores de la rey soborno”, para que reconozcan que “la dignidad (viene) de un trabajo digno y honrado, del trabajo diario y no de esos caminos más fáciles pero que al final te quitan todo”.
"Algunos podrán decirme que esto lo hacen todos", el Papa insistió en que "¡todos no!", pero sí por desgracia, "algunos administradores de empresas, algunos administradores públicos, algunos administradores del gobierno… Quizá no sean tantos".
En todo caso, quien lleva a casa dinero ganado con la corrupción "da de comer a sus hijos pan sucio. Y sus hijos, quizá educados en colegios caros, quizá crecidos en ambientes cultos, han recibido de su papá como alimento la suciedad, porque su padre, llevando pan sucio a casa ha perdido la dignidad. ¡Y esto es un pecado grave!".
El Papa invitó a rezar "por tantos niños y muchachos que reciben de sus padres pan sucio" y también a rezar para que "los devotos de la diosa corrupción se den cuenta de que la dignidad viene del trabajo digno, del trabajo honrado, del trabajo de cada día".
El Pontifice condenó la corrupción con duras palabras, al considerarla un grave pecado:“Dios nos encargó ganarnos el pan con un trabajo honesto”. “Esa costumbre del soborno es una costumbre mundial manifiestamente pecaminosa. Una costumbre que no viene de Dios”, dijo Francisco.Y quien vive de “pan sucio” pierde su dignidad. “¡Y es un grave pecado!”, dijo el pontífice.
Francisco rezó sin embargo por los pecadores: “Pedimos al señor que cambie el corazón de los seguidores de la rey soborno”, para que reconozcan que “la dignidad (viene) de un trabajo digno y honrado, del trabajo diario y no de esos caminos más fáciles pero que al final te quitan todo”.
"Algunos podrán decirme que esto lo hacen todos", el Papa insistió en que "¡todos no!", pero sí por desgracia, "algunos administradores de empresas, algunos administradores públicos, algunos administradores del gobierno… Quizá no sean tantos".
En todo caso, quien lleva a casa dinero ganado con la corrupción "da de comer a sus hijos pan sucio. Y sus hijos, quizá educados en colegios caros, quizá crecidos en ambientes cultos, han recibido de su papá como alimento la suciedad, porque su padre, llevando pan sucio a casa ha perdido la dignidad. ¡Y esto es un pecado grave!".
El Papa invitó a rezar "por tantos niños y muchachos que reciben de sus padres pan sucio" y también a rezar para que "los devotos de la diosa corrupción se den cuenta de que la dignidad viene del trabajo digno, del trabajo honrado, del trabajo de cada día".