Sólo dos razones son suficientes para rechazar la adopción de niños por parejas del mismo sexo
Siempre que se debate sobre este tema, es común ver que el lobby LGBTI hace uso de su estrategia más efectiva: “colocarse en el centro del debate y posar como víctimas”. Por esa razón, quiero ofrecerles dos argumentos que son suficientes para reenfocar el debate en lo que verdaderamente importante: los niños que esperan adopción.
No existe el derecho a adoptar
Así de simple, ninguna persona, independiente de su preferencia sexual tiene derecho a adoptar, por una razón simple: “no existe del derecho a adoptar”, y no puede existir porque hacerlo supondría entregar la custodia de un menor a un adulto por el sólo “deseo” que este expresa de “tener” un niño, y en la práctica eso no es otra cosa que tratar el menor como un “objeto” que viene a satisfacer una necesidad emocional del adulto.
Tan simple como esto, los niños no son objetos y no pueden ser entregados a quien quiere uno por el simple hecho que lo quiere, eso aplica para mascotas, no para personas. Aclarado ese punto, surge inmediatamente la cuestión ¿por qué permitimos que parejas heterosexuales adopten? La respuesta está en el segundo argumento.
Los niños tienen derecho a recibir lo que perdieron: una mamá y un papá
Cuando un menor de edad espera adopción, lo hace básicamente porque perdió a mamá y papá, es obvio, pero hace falta decirlo, si un menor pierda a su madre aún tiene a su padre o viceversa, es decir, quien espera adopción no perdió a uno de ellos, sino a las dos. Y en virtud de su dignidad merece recibir aquello que perdió: una mamá y un papá.
Es aquí donde surge el problema con la pretensión que tiene el lobby LGBTI, porque si un hombre quiere vivir su vida creyendo que es una mujer, y al pensar así no afecta a otras personas, es evidente que no corresponde a la ley impedírselo, debemos respetarle como persona y nadie le obligará a creer lo contrario.
Lo inaceptable es instrumentalizar las necesidades emocionales y materiales de los niños que esperan adopción para forzarlos a creer que da igual tener una mamá, que un señor que se cree mamá, o tener un papá, que una señora que se cree papá.
No es justo jugar así con las necesidades de un niño que perdió a mamá y papá, hacerlo implica que le estamos forzando a creer algo que ningún adulto está obligado a creer.
Enfoquémonos en lo importante
Dicho lo anterior, podemos decir con toda claridad, señores del lobby LGBTI, no nos afectan sus acusaciones de homofóbicos, ustedes no son el centro de este debate, nosotros nos vamos a concentrar en lo realmente importante, construir una legislación que elimine los verdaderos obstáculos que impiden a los niños acceder a la adopción y garantizar ellos reciban lo que perdieron.
Para más información consulte: http://firmeporpapaymama.com/mitos-y-realidades/