El matrimonio, toda una obra de arte
Un buen matrimonio no es una lotería como muchos piensan, es toda una obra de arte. Porque para crear una obra maestra, se requiere de múltiples habilidades, de la evocación de emociones y de constancia, la gente creativa normalmente ve nuevas posibilidades en las herramientas con las que cuenta, renuncia a utilizar materiales que aprecia con el fin de obtener lo que quiere y tiene paciencia porque sabe que al final, después de mucho esfuerzo y dedicación va a poder contemplar la obra de sus manos y esta durará por siempre.
Lo mismo pasa con el matrimonio, hay que ser un maestro cargado de habilidades, para ser capaz de mantener la relación alejada de conductas que nos pueden llevar a colocarla al borde del fracaso. Un psicólogo experto en matrimonios, John Gottman habla de los cuatro jinetes del apocalipsis de las relaciones: la crítica, el desprecio, la retirada emocional y salir a la defensiva. En sus investigaciones ha encontrado que hay personas que son buenas para mantener sanas relaciones matrimoniales y son aquellas que buscan y evocan las cosas positivas de su pareja, admiran a su cónyuge, y son agradecidos con estos. Por el contrario, aquellos que fracasan en sus relaciones se centran en los errores y defectos de su pareja y son desagradecidos. El maestro en las relaciones matrimoniales sabe que cuando algo no marcha bien, tiene que buscar en sus herramientas como repararlo, confiando en que el otro va a responder con el mismo deseo de reparar lo que se viene estropeando.
La crítica destruye la autoestima de la persona que amamos y pretender cambiar su manera de ser o de pensar para que lo haga como a mí me agrada es egoísta y poco sano para los dos. Podemos darnos cuenta de que estamos cayendo en la crítica si humillamos, comparamos, nos burlamos o no tomamos en cuenta las decisiones ni pensamientos de nuestra pareja. Y es que podemos opinar cuando nuestro cónyuge se equivoca, o vemos que actúa de forma incorrecta, pero debemos hacerlo con respeto, amor y tolerancia, ayudándolo a ser mejor persona.
El desprecio es otra conducta que puede destruir la relación, las burlas, los comentarios que lo ridiculizan e insultos, la descalificación, son indicadores de que estamos cayendo en esta conducta. Esto puede generar una escalada de agresión, resentimiento, rencor y rabia. Debemos estar dispuestos a cambiar conductas erradas por amor, porque no es que el que quiera estar conmigo me tiene que aceptar como soy, sino el que quiera estar conmigo que me ayude a ser mejor persona cada día.
La retirada emocional implica el silencio, retirarse de la interacción con la pareja, no responder, dejar de escuchar, no afrontar los problemas, actuar como si estuviera ocupado, convirtiéndose en un hábito que impide solucionar las dificultades, hace que se estanque la relación y no se salga adelante en los momentos de crisis. Frente a esta situación podemos optar por tomarnos un tiempo fuera, solo, mientras respiramos y volvemos a retomar la conversación ya con más calma y con el firme propósito de solucionar el problema.
Finalmente está el salir a la defensiva, esto es, no aceptar la responsabilidad de nuestra conducta, es culpar al otro, no pedir perdón, por el contrario, se enfada y actúa como si fuera la víctima. Las personas que suelen salir a la defensiva son aquellas que tiene problemas para manifestar sus emociones y sentimientos con libertad, se reprimen evitando situaciones que los enfrentan a sus temores. Es importante aceptar nuestras equivocaciones, reconocer cuando no hemos obrado bien, o pedir perdón si hemos lastimado a la persona que amamos.
Los miembros de la pareja nos hemos formado en ambientes familiares muy diferentes, donde forjamos nuestro carácter, creando conductas positivas y negativas, afirmamos creencias y esquemas mentales y todo esto lo llevamos al matrimonio. Nos dice la Palabra de Dios en la carta de san Pablo a los Filipenses “No se angustien por nada, y en cualquier circunstancia, recurran a la oración y a la súplica, acompañada de acción de gracias, para presentar sus peticiones a Dios”; un gran consejo para los matrimonios, que pueden estar pasando por una crisis: acudir a la oración nos dará paz aun en tiempos de prueba. Es en este momento donde debemos sacar todo el talento de maestros, para trabajar en esa obra de arte que es nuestro matrimonio, el cual es para toda la vida y merece todo nuestro esfuerzo, talento y paciencia.