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Amigos por siempre

Amigos por siempre

Era la frase de un programa de T.V. y escuchábamos a nuestros hijos repetírsela a sus amigos “Amigos por siempre”, esta debería ser no una frase sino una realidad en nuestra relación de pareja, porque somos esposos, padres, consultores y consejeros, proveedores a veces amantes y hasta enemigos pero hablar de amistad a nivel de la relación de pareja es poco común y a muchos tal vez les cuesta. Cuando se piensa en un amigo o una amiga, este tiene que estar por fuera de la casa, en la oficina o la empresa, en el condominio donde vivimos,  en la comunidad a la que pertenecemos y a veces hasta en la calle, porque se conoce en un bar, jugando golf, en el cine, en una fiesta, el amigo es el de fuera, pero ni somos amigos de nuestros hijos ni somos amigos de nuestra pareja, los de dentro.

Para comprender que esto es cierto, tú a un amigo le confías todo, le perdonas todo, le sabes escuchar, le dedicas tiempo cuando te necesita, le aconsejas, compartes tu sabiduría, hasta se dedican canciones, no tienes un juicio fuerte cuando se equivoca, con una palmadita o un abrazo le rebajas la preocupación, oras por él, se llaman y se mantienen en contacto, algo que te paso y el teléfono que tomas y le vas contando. Pero ¿hacemos esto con nuestra pareja?, ¿le dedicamos tiempo para escucharla?, ¿entendemos sus  preocupaciones? Hago publico un consejo de mi director espiritual “en el matrimonio debemos tener tanta madurez, sinceridad, confianza y conocimiento el uno del otro que si uno está en peligro de consentir una tentación lo debe compartir con su pareja  para orarlo los dos, apoyarse lo dos y salir adelante los dos” el problema es de los dos no es de uno solo.

Los esposos estamos llamados a ser  verdaderos amigos,  preocupándose el uno por el otro, un amigo imita a Cristo, se sacrifica por el otro, ayuda a sanar las heridas del otro, se sobrepone a los problemas para estar con el otro. El libro del Eclesiástico dice que “una voz suave aumenta los amigos, unos labios amables aumentan los saludos. Sean muchos los que te saludan pero confidente uno entre mil”   refiriéndose a la amistad, es muy difícil besar esa boca que nos grita, en cambio es dulce el beso de la boca que nos habla con ternura y cariño, la pareja debe ser ese confidente, el uno entre mil del que habla la Palabra. Es más complicado ser amigo de la pareja porque somos más conscientes de lo que nos separa que de lo que nos une, de nuestros defectos más que de nuestras cualidades, nadie nos conoce tanto como nuestra pareja, por eso debemos recurrir al amor que es ciego, eso lo dice San Pablo al referir que el amor todo lo puede, todo lo soporta, todo lo perdona, entonces solo el amor acrecienta el deseo de unidad y la unidad nos lleva a la verdadera amistad, la verdadera unidad fruto del amor nos lleva a reconocer lo que tenemos en común y a rehusar las diferencias.

La amistad en el matrimonio genera la unidad que es capaz de superar cualquier obstáculo, facilita la comunicación sincera y transparente entre los dos, la amistad edifica, construye y afirma la relación.  Cuando nos casamos lo hicimos pensando en unir nuestras vidas, en pasar la mayor parte del tiempo juntos y esto es posible amándonos, siendo amigos y de la mano de Dios, dándole las gracias y bendiciéndolo por permitirnos estar junto a la persona que amamos, por darnos sabiduría y conocimiento de sus necesidades para poderlo apoyar, por darnos luz para conocernos y amarnos como somos, por darnos la capacidad de entendernos y perdonarnos y llegar a ser Amigos por siempre.


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