Rosa Osorio Herrera
Rosa Osorio Herrera nació en Chaparral Tolima, tiene 50 años de edad, madre de cuatro hombres, su profesión es comunicación social y periodismo, lleva aproximadamente 17 años en la Casa de la Misericordia y desde hace 5 años fue trasladada de Ibagué a Cúcuta, allí se desempeña como coordinadora de la sede.
En 1997 gracias al grupo de oración de la Renovación Católica Carismática pudo conocer a Fanny y Juan Carlos los fundadores de esta Obra, fue así como empezó su proceso de koinonia en Melgar y con la ayuda de los fundadores y el Padre Francisco Alejandro Bernal, se creó la segunda casa y se llamó María Rosa Mística.
Para Rosa es una “alegría que la Obra esté cumpliendo 25 años, es la respuesta de un Dios que nos ama, que a través de ese llamado precioso de caminar en la espiritualidad ha trasformado nuestra vida”, estas bodas de plata representan perseverancia, lucha, esfuerzo y dedicación en comunidad.
Su mensaje para quienes no conoces la obra es que “se acerquen, que hay un lugar donde Dios nos espera con su amor. Que hay un lugar hecho especialmente para ellos”. La Casa de la Misericordia es lugar de buen samaritano, todos sedientos de Dios, en definitiva, aquí encontramos la fuente de su gracia y el remedio a todas nuestras enfermedades.
En 1997 gracias al grupo de oración de la Renovación Católica Carismática pudo conocer a Fanny y Juan Carlos los fundadores de esta Obra, fue así como empezó su proceso de koinonia en Melgar y con la ayuda de los fundadores y el Padre Francisco Alejandro Bernal, se creó la segunda casa y se llamó María Rosa Mística.
Para Rosa es una “alegría que la Obra esté cumpliendo 25 años, es la respuesta de un Dios que nos ama, que a través de ese llamado precioso de caminar en la espiritualidad ha trasformado nuestra vida”, estas bodas de plata representan perseverancia, lucha, esfuerzo y dedicación en comunidad.
Su mensaje para quienes no conoces la obra es que “se acerquen, que hay un lugar donde Dios nos espera con su amor. Que hay un lugar hecho especialmente para ellos”. La Casa de la Misericordia es lugar de buen samaritano, todos sedientos de Dios, en definitiva, aquí encontramos la fuente de su gracia y el remedio a todas nuestras enfermedades.