“EL QUE PRACTICA MISERICORDIA QUE LO HAGA CON ALEGRÍA” (ROM 12,8)

MISION A LA FAMILIA DE SOCIOS
Y es que, es la alegría, la expresión más elocuente del encontrarse los hermanos. Esto es lo que se vive en cada encuentro en las casas de nuestra Familia de Socios Misioneros de La Misericordia, un derroche de bondad, sencillez y fraternidad al recibirnos para compartir la enseñanza de La Palabra a través del Camino Diario de Oración Personal.
Podemos asegurar que es una alegría perenne porque La Palabra continúa tejiendo con hilos de Amor las vidas de cada socio que recibe nuestra visita.
No puede más que agradecer nuestro corazón, esta oportunidad de crecer en la armonía de verdaderos hermanos en la fe.
De esta visita nos hemos traído el compromiso de acompañar por un mes a las personas que acompañaron a don Jesús Baez en esta experiencia para crear La Casa Misionera como fruto de este momento de enseñanza a través de La Palabra.