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¡Cuida la pareja más que a la familia!

¡Cuida la pareja más que a la familia!

Tan curioso como le parece a usted el titulo de este artículo me pareció a mí, un correo electrónico que me llego con este nombre.

Escrito por un sacerdote o al menos eso dice la presentación, donde nos invita a reflexionar en el  tiempo y esfuerzo  que le dedicamos o invertimos   a la educación y formación de nuestros hijos,  enseñándoles valores morales  y virtudes que les permita ser hombres y mujeres  que construyan un futuro por si mismos  si algún día llegamos a faltarles.

De la misma forma nos preocupamos por cultivar excelentes  relaciones con nuestros padres: Si ya salimos de casa y vivimos lejos del hogar paterno, llamamos mínimo una vez a la semana o procuramos visitarlos los fines de semana si los tenemos cerca, preguntamos por su salud o si algo les hace falta o desean.

Todo esto está muy bien, pero la reflexión nos dice: ¡no cuides tanto a tu familia, cuida a tu pareja! ¿Pero cómo no voy a cuidar a mi familia, es mi familia?  A nuestra familia no la tenemos que cuidar, es nuestra familia, la tenemos segura, nunca la vamos a perder. Los padres, los tíos, los hijos, los abuelos, los hermanos, la familia es lo más seguro que tenemos; por muchos años que pasemos sin verlos siempre van a estar ahí. Cuándo hemos escuchado una conversación donde se diga: ¡Ahí va mi ex mamá o mi ex hijo! Cuándo hemos escuchado decir: ¡Aquella señora que va pasando por la acera de en frente  fue mi mamá por 25 años! ¿Nunca verdad?  Pero si hemos escuchado y con frecuencia ¡Ese es mi ex marido, mi ex esposa, mi ex pareja!  Nuestra madre está siempre allí, está segura, la pareja no, con la pareja hay que darlo todo.  Doloroso verdad pero cuidamos más nuestra familia que tenemos segura y no lo hacemos de la misma forma con nuestra pareja que es la relación más frágil que se tiene entre los seres humanos.

Tener una pareja es como cuidar una flor, hay que regarla, abonarla, podarla y hasta consentirla. Si no se riega se muere y si se riega mucho también. Cuando hablamos de amor eterno se aplica más a la relación  padres e hijos, no así a la relación de pareja;  esta relación es un amor diario que tiene que cuidarse todos los día.  Podemos dejar de ver a nuestra familia por años y cuando volvemos a encontrarnos, lloramos de emoción con el reencuentro, el amor no se altera por la distancia ni por el silencio pero dejemos a nuestra pareja sola por diez años y ¿qué encontramos después de este tiempo? el amor de la pareja se cultiva  y se cuida todos los días.

Cuidemos nuestra relación de pareja más que a nuestra familia, estrechemos vínculos no solo afectivos, también de amistad, seamos  cómplices, amantes, compañeros, compartamos en la alegría pero  especialmente en las dificultades. Hay parejas que generan todo tipo de vínculo con los hijos y alrededor de ellos,  cuando crecen y toman su propio vuelo, se encuentran con un extraño o una extraña en la casa que habían ignorado por muchos años mientras los hijos estaban creciendo.

No nos cansemos de amar a quién ha dedicado parte de su vida para compartir con nosotros, quién abandono a padre y madre, renunció inclusive a un proyecto de vida diferente para educar a los hijos o invirtió los mejores años para trabajar y proveer lo necesario. Busca hoy a tu esposo, a tu esposa y dile lo importante que es para ti. Si llevas mucho tiempo sin decirle que lo amas, hazlo hoy, cuida la flor de tu relación, riégala,  mañana puede estar marchita. Y recuerda ¡Cuida a tu pareja más que a tu familia!


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