Un refrigerio de Misericordia

Misión a nuestra Familia de Socios
Saludarlos, compartir, conocerlos en su intimidad familiar, escucharlos de viva voz, mirarlos a los ojos y hasta llorar o reír juntos es un verdadero “refrigerio de Misericordia” cuando visitamos a nuestra Familia de Socios.
Es verdaderamente una bendición para los servidores que asumen esta misión de visitar a los Socios que viven en su sector y para la Pastoral de la Casa que da respuesta a los que piden visita por enfermedad, pérdida de sus seres queridos o conflictos de familia en general.
Doña Evangelina en el sector de San Alfonzo nos recibió en pleno momento de la Eucaristía del Señor de Los Milagros por Cristo Visión y nos hizo vivir este momento tan suyo, pues ya por su enfermedad y sus años no puede asistir al templo, de una manera muy especial nos transmitió su experiencia de misericordia.
Cada visita a nuestros Socios refuerza y alimenta la fe que es el Señor quien mueve esta Obra de bendición y que el aporte económico es la añadidura, la verdadera riqueza está en cada corazón que se dona al Señor en oración constante también por nosotros.
Dios bendiga cada vez más a nuestra Familia de Socios benefactores y nos regale la alegría del encuentro de hermanos.
Saludarlos, compartir, conocerlos en su intimidad familiar, escucharlos de viva voz, mirarlos a los ojos y hasta llorar o reír juntos es un verdadero “refrigerio de Misericordia” cuando visitamos a nuestra Familia de Socios.
Es verdaderamente una bendición para los servidores que asumen esta misión de visitar a los Socios que viven en su sector y para la Pastoral de la Casa que da respuesta a los que piden visita por enfermedad, pérdida de sus seres queridos o conflictos de familia en general.
Doña Evangelina en el sector de San Alfonzo nos recibió en pleno momento de la Eucaristía del Señor de Los Milagros por Cristo Visión y nos hizo vivir este momento tan suyo, pues ya por su enfermedad y sus años no puede asistir al templo, de una manera muy especial nos transmitió su experiencia de misericordia.
Cada visita a nuestros Socios refuerza y alimenta la fe que es el Señor quien mueve esta Obra de bendición y que el aporte económico es la añadidura, la verdadera riqueza está en cada corazón que se dona al Señor en oración constante también por nosotros.
Dios bendiga cada vez más a nuestra Familia de Socios benefactores y nos regale la alegría del encuentro de hermanos.