Camilleros de la Misericordia

Mc 2,1-12
Con este nombre: “Camilleros de la Misericordia”, el Padre Ricardo Giraldo, Asesor Nacional de la Casa de La Misericordia compartió con la comunidad de servidores y algunos socios y caminantes de la Sede María Auxiliadora en Cúcuta, el retiro de inicio del trabajo pastoral de este año, que se realizó el fin de semana 27 y 28 de febrero.
“Camillero” significa aquel que está dispuesto a cargar el pesar y el dolor del otro con un corazón lleno de compasión. Un “Camillero de la misericordia” es aquél que no es indiferente; que no es obstáculo para el crecimiento del otro; que es coherente en su respuesta de vida; que se identifica con el pequeño y que lo convierte en sacramento de Dios para su vida.
La condición para ser “Camillero de la misericordia” es haberse encontrado con Jesús y tener conocimiento y experiencia de Jesús para crecer en la confianza; para reconocer la diversidad de carismas en los hermanos; para poder ser recursivos y vencer los obstáculos abriendo espacios para meter y bajar como los que en el Evangelio cargaban al paralítico y llevarlo ante Jesús.
Fueron dos encuentros de mucha bendición para la comunidad y nos queda el agradecimiento al Señor por la vida y el ministerio sacerdotal del Padre Ricardo Giraldo.
Con este nombre: “Camilleros de la Misericordia”, el Padre Ricardo Giraldo, Asesor Nacional de la Casa de La Misericordia compartió con la comunidad de servidores y algunos socios y caminantes de la Sede María Auxiliadora en Cúcuta, el retiro de inicio del trabajo pastoral de este año, que se realizó el fin de semana 27 y 28 de febrero.
“Camillero” significa aquel que está dispuesto a cargar el pesar y el dolor del otro con un corazón lleno de compasión. Un “Camillero de la misericordia” es aquél que no es indiferente; que no es obstáculo para el crecimiento del otro; que es coherente en su respuesta de vida; que se identifica con el pequeño y que lo convierte en sacramento de Dios para su vida.
La condición para ser “Camillero de la misericordia” es haberse encontrado con Jesús y tener conocimiento y experiencia de Jesús para crecer en la confianza; para reconocer la diversidad de carismas en los hermanos; para poder ser recursivos y vencer los obstáculos abriendo espacios para meter y bajar como los que en el Evangelio cargaban al paralítico y llevarlo ante Jesús.
Fueron dos encuentros de mucha bendición para la comunidad y nos queda el agradecimiento al Señor por la vida y el ministerio sacerdotal del Padre Ricardo Giraldo.