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Novena de preparación a la Fiesta de la Misericordia

Novena de preparación a la Fiesta de la Misericordia

Novena de preparación  a la Fiesta de la Misericordia

Fiesta de la Divina Misericordia.

Abril 7 de 2024

 

Entra en las llagas de Jesús "hasta su corazón"

 

«Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente».

(Jn 20,27)

 

 

Novena de preparación

a la Fiesta de la Misericordia

 

Entronización

de la imagen de la Divina Misericordia

en el hogar

y Consagración de la familia a Jesús Misericordioso

 

 

  1. Ricardo Giraldo M. ses

 

 

"Entra en las llagas de Jesús hasta su corazón"

 

   «Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente».

(Jn 20,27)

 

  Previamente el evangelio nos ha contado que Tomas ha exigido: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos,… no lo creo» (cfr. Jn 20, 25) Este verbo “ver” utilizado por el evangelista significa ir más allá de las apariencias, hasta lo íntimo de la persona, para captar su misterio. La invitación de Jesús a Tomas y la consiguiente afirmación: «Bienaventurados los que crean sin haber visto»  (v. 27) son una invitación a conocerle mirando la belleza que surge de la cruz, donde se revela con Su Corazón traspasado (cf. Jn 19, 34),

    “El Corazón humano y divino de Jesús es la fuente de donde siempre podemos obtener misericordia, perdón y ternura de Dios”. (Papa Francisco, junio 7, 2020) En el Corazón de Jesús crucificado se revela el misterio de la muerte del Hijo como supremo acto de amor, fuente de vida y salvación para la humanidad de todos los tiempos.

  Él ha muerto para “rescatar a los hombres de la esclavitud del pecado y darles una nueva vida reconciliada en el amor… para rescatarte a ti, a mí, a cada uno de nosotros, Él ha pagado este precio. Este es el misterio de Cristo. Ve a sus llagas, entra, contempla; mira a Jesús, pero desde el interior.” nos enseñaba el Papa Francisco (marzo 18, 2018)

 

   El Catecismo de la Iglesia Católica contiene una excepcional descripción del símbolo del Sagrado Corazón: “el sagrado Corazón de Jesús, traspasado por nuestros pecados y para nuestra salvación (cf. Jn 19, 34), es considerado como el principal indicador y símbolo del amor con que el divino Redentor ama continuamente al eterno Padre y a todos los hombres" (CEC  478) y, más adelante: "Sólo el corazón de Cristo, que conoce las profundidades del amor de su Padre, ha podido revelarnos el abismo de su misericordia de una manera a la vez tan sencilla y tan bella" (CEC, 1439).

 

      La Fiesta de la Misericordia de 2024 está enmarcada en tiempos difíciles de la humanidad, cuando parece que se han enseñoreado del mundo el odio, la enfermedad, la incredulidad o peor, la confusión doctrinal.

 

   “Dios podría intervenir para juzgar el mundo, para destruir el mal y castigar a los pecadores. En cambio, Él ama al mundo, a pesar de sus pecados; Dios nos ama a cada uno de nosotros incluso cuando cometemos errores y nos distanciamos de Él. Dios Padre ama tanto al mundo que, para salvarlo, da lo más precioso que tiene: su único Hijo, que da su vida por la humanidad, resucita, vuelve al Padre y, junto con Él, envía el Espíritu Santo.” (Papa Francisco, junio 7, 2020)

 

 En estas situaciones podríamos sentirnos tentados a escondernos como los discípulos (cfr., Jn 20 19). Pero oímos al Maestro resucitado  que nos dice, como a Tomás: «La paz con vosotros…. Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado.» (Juan 20,27).

 

 Si, Jesus nos dice  hoy:   He abierto Mi Corazón como una Fuente viva de Misericordia. Que todas las almas tomen vida de ella.  (Diario 1520).

 

Y reafirma: “De todas Mis llagas, como de arroyos, fluye la misericordia para las almas, pero la herida de Mi Corazón es la Fuente de la Misericordia sin límites, de esta fuente brotan todas las gracias para las almas.  Me queman las llamas de compasión, deseo derramarlas sobre las almas de los hombres”  (Diario, 1190).

 

  Animados con estas palabras consoladoras clamaremos y testimoniaremos la Misericordia en la Novena preparatoria a la Fiesta penetrando a través de las llagas de Jesús "hasta su corazón" y sumergiendo en el océano de la Misericordia el mundo que sufre y confiando en que por “Sus llagas todos seremos curados” (cfr. 1 Pe 2,24)

 

   Quien contempla el Corazón de Cristo puede entender la misericordia manifestada por el Crucificado. Precisamente los Papas constantemente nos han invitado a contemplar el Corazón de Jesus. En esta Novena contemplaremos la Divina Misericordia en esta Novena a partir del grandioso tesoro de sus enseñanzas. De tal modo que fortalezca nuestra oración y seamos capaces de asumir la cruz, tocar las heridas del prójimo, y dar gloria a la Divina Misericordia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Introducción:

La Fiesta de la Divina Misericordia y la Novena preparatoria.

"Aquel día... mirarán al que traspasaron... Aquel día habrá una fuente abierta... para la purificación del pecado" (Zac 12, 10; 13, 1).

 

 

  1. El segundo domingo de Pascua: “compendio de los días de la misericordia.” (San Agustín)

   En el jubileo del año 2000 san Juan Pablo II estableció que en toda la Iglesia el domingo que sigue a la Pascua, (Segundo Domingo de Pascua) se denominara Domingo de la Divina Misericordia como Solemnidad litúrgica.

    Respondía así al pedido hecho por el Señor Jesús a santa Faustina el 22 de febrero de 1931, en Płock, Polonia: “Deseo que haya una Fiesta de la Misericordia (….) El primer domingo después de la Pascua de Resurrección; ese domingo debe ser la Fiesta de la Misericordia” (Diario, 49).

    San Agustín, constantemente repite que el segundo Domingo de Pascua, llamado “Dominica in albis”, tiene una estrecha relación con el misterio pascual. La Pasión, muerte y Resurrección de Cristo son la mayor manifestación de la Misericordia de Dios para con los pecadores, tanto de parte de Dios Padre, quien entrega a Su único Hijo por la redención de la humanidad entera, como de parte de Dios Hijo, quien asume obediente el sacrificio.

   Es lo que explica san Agustín, predicando precisamente en este día, que se celebraba desde entonces como solemnidad particular: "Con la festividad de este día, concluimos las solemnidades pascuales, son las que hoy los neófitos cambian su vestido, pero cuidando de que el candor que ya está presente en el traje se conserve intacto dentro del corazón. En efecto no hay que olvidar que esta fiesta pertenece a los días pascuales, es decir a los días de la Misericordia y del perdón. Por este motivo la solemnidad que comprendía estos días se celebra en tal forma que no permita que amengüe la interior pureza aun cuando dejemos de lado los símbolos exteriores." (Sermo 157 de tempore).

 

  1. La Fiesta de la Divina Misericordia.

   La finalidad de la Fiesta es honrar el más grande atributo de Dios y animar a la humanidad a aprovecharse de su efusión sobre el mundo.

   El mismo Señor le explicó a santa Faustina el motivo por el cual pidió la Fiesta: “Las almas mueren a pesar de Mi amarga Pasión. Les ofrezco la última tabla de salvación, es decir, la Fiesta de Mi Misericordia. Si no adoran Mi misericordia morirán para siempre” (Diario, 965).

   En muchas oportunidades, el Señor reiteró su petición, definiendo su lugar en el calendario litúrgico, el motivo y el objetivo de establecerla, así como el modo de prepararla y de celebrarla, enriqueciéndola con promesas de gracias para quienes lo celebrasen. (Véase  Diario, 49, 88, 206, 299, 341, 420, 570, 699, 742, 965, 998, 1059, 1072, 1109, 1517).

   La Fiesta no es solamente un día de adoración especial de Dios en Su misterio de la misericordia, sino también un día en que Dios perdona y colma de gracias a todas las personas; como el mismo Señor le dice a santa Faustina: “Quien se acerque ese día a la Fuente de Vida, recibirá el perdón total de las culpas y de las penas.” (Diario, 300) y añade “Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea un refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores Ese día están abiertas las entrañas de Mi misericordia. Derramo todo un mar de gracias sobre aquellas almas que se acercan al manantial de Mi misericordia; [….] que ningún alma tenga miedo de acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata….” (Diario, 699)

   La primera celebración de la Fiesta con veneración de la Imagen y predicación por parte del p. Miguel Sopoćko fue el 28 de abril de 1934 en Vilna, en la clausura del Año Santo de la Redención de 1933, convocado por el papa Pío XI el 24 de diciembre de 1932. Comenzó el Domingo de Pasión de 1933 y clausurado el siguiente año. (Ver Diario 420)

 

 - Como celebrar

   La forma de celebrar la Fiesta está descrita en el Diario y consiste básicamente en la veneración litúrgica de la Imagen (Cfr. Diario, 49, 88), y recibir dignamente la Santa Comunión: “El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas. [….] Que ningún alma tema acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata. [….] La humanidad no conocerá paz hasta que no se dirija a la Fuente de Mi misericordia.” (Diario, 699).

   El culto de este día ha de ser acompañado de la caridad en obras de misericordia: “también debe estar presente la acción  [….] porque la fe sin obras, por fuerte que sea, es inútil.”  (Diario, 742)

 

- Las gracias prometidas:

  Ese día están abiertas las entrañas de Mi misericordia. Derramo todo un mar de gracias sobre aquellas almas que se acercan al manantial de Mi misericordia; (Diario 699).

 

   Jesús desea ardientemente que la Fiesta sea para todos los hombres, sobre todo para los pecadores, un remedio incomparablemente, a ninguna otra forma de Devoción a la Misericordia de Dios:  “Di a las almas que les doy Mi misericordia como defensa, lucho por ellas Yo solo y soporto la justa ira de Mi padre..., esta Fiesta ha brotado de las entrañas de Mi misericordia para el consuelo del mundo entero” (Diario, 1517)

“Refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores. El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de la penas. [….] Que ningún alma tenga miedo de acercarse a Mi, aunque sus pecados sean como escarlata. La humanidad no conocerá la paz hasta que no se dirija a la fuente de Mi misericordia” (Diario, 699)

 

   En tres oportunidades el Señor ofrece una gracia extraordinaria: el perdón

Deseo conceder el perdón total a las almas que se acerquen a la confesión y reciban la Santa Comunión el día de la Fiesta de Mi Misericordia. (Diario 1109).

   Y añade la promesa de la remisión total de las culpas y de las penas: “Quien se acerque ese día a la Fuente de Vida – dijo Cristo – recibirá el perdón total de las culpas y de las penas” (Diario, 300).

El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de la penas. (Diario, 699)

 

   San Juan Pablo II, además de decretar la Fiesta de la Divina Misericordia el segundo Domingo de Pascua, concedió la gracia de la Indulgencia Plenaria a quienes reciban la Sagrada Eucaristía, recen por las intenciones del Papa, y hagan, en cualquier templo u oratorio, un acto de devoción en honor de la Divina Misericordia, como participar en la Santa Misa o visitar al Santísimo Sacramento (expuesto o reservado en el Sagrario), recitando una invocación a la Divina Misericordia, como: "Jesús, en Ti confío" (san Juan Pablo II, Homilía en la canonización de Faustina Kowalska, Domingo 30 de abril de 2000, n. 4, y Decreto "Misericors et miserator' de la Congregación para el culto divino y la disciplina de los Sacramentos, 5 de mayo 2000).

 

   Los enfermos y los que les asisten, así como aquellos que por causa justa no pueden abandonar su hogar o dejar de realizar alguna actividad inaplazable en bien de la comunidad, podrán alcanzar la indulgencia si, con la intención de observar tan pronto como sea posible las condiciones acostumbradas, recitan las oraciones antes mencionadas. Y si ni lo anterior fuera posible, bastará unirse espiritualmente a cuantos practican las obras prescritas, y elevar a Dios una oración, ofreciendo los sufrimientos y dolores de la propia enfermedad y las dificultades de la vida, con el propósito de observar, tan pronto como sea posible, las condiciones antes mencionadas (Cfr. Decreto de la Penitenciaría Apostólica, 13 de junio de 2002)

 

- Para observar fielmente la Fiesta debemos:

   La abundante efusión de gracias extraordinarias que el Señor Jesús vinculo a la Fiesta demuestran su grandeza. Para poder recibir estos grandes dones hay que cumplir las condiciones de la devoción a la Divina Misericordia, confiar en la bondad de Dios y amar activamente al prójimo “porque la fe sin obras, por fuerte que sea, es inútil”. (Diario, 742), estar en estado de gracia y recibir dignamente la Santa Comunión.

  1. Prepararnos con la Novena. (Con la Novena; Diario 1209; con coronilla, Diario 796; con Adoración, Diario, 1041)
  2. Arrepentirnos sinceramente de todos nuestros pecados y confesarnos, preferiblemente antes de la Fiesta. (Diario 699, 1109)
  3. Celebrarla en el Segundo Domingo de Pascua. (Diario 49, 88, 280, 299, 420, 570, 699, 742)
  4. Recibir la Santa Eucaristía el día de la Fiesta. (Diario 699, 1099)
  5. Venerar la Imagen del Señor Misericordioso, (Diario, 49, 88, 742)
  6. Expresar nuestra completa confianza en Jesús (Diario 570) y
  7. Ser Misericordiosos con otros con nuestros actos, palabras y oraciones. (Diario 742; 1209)

   Además, el Señor pide que este día los sacerdotes hablen de la Misericordia de Dios (cfr. Diario, 50, 570)

 

 

  1. La novena preparatoria a la Fiesta de la Divina Misericordia.

Debo empezar una Novena (Diario 1209)

    Inicialmente el Señor le pidió a santa Faustina una novena de Coronillas que debía iniciar el Viernes Santo (cfr. Diario, 796). Estando en el hospital de Prądnik ella se preparó a la Fiesta con una serie de adoraciones, de una hora, ante el Santísimo pidiendo la institución de la Fiesta. (Diario 1041)

 

    Podemos decir que la novena a la Divina Misericordia que antecede la Fiesta es fruto de la experiencia mística de contemplación y vivencia de la pasión del Señor, iniciada en la tarde del Jueves Santo de 1937 (25 de marzo) y finalizada el Viernes Santo a las 3 de la tarde (cfr. Diario, 1053-1059). Y que luego ella escribió en su Diario en octubre del mismo año. (cfr. Diario, 1209-1229)

 

   La Novena resalta la relación entre la Pasión de Cristo y la celebración Pascual. La Pasión, muerte y Resurrección de Cristo son la mayor manifestación de la Misericordia de Dios para con los pecadores, tanto de parte de Dios Hijo, quien asume obediente el sacrificio, como de parte de Dios Padre, quien entrega a Su único Hijo por la redención de la humanidad entera.

 

 

Claves para vivirla:

  1. Experimentar el amor de Dios dirigiendo la mirada al Corazón de Jesucristo. Es necesario subrayar que un auténtico conocimiento del amor de Dios sólo es posible en el contexto de una actitud de oración humilde y de generosa disponibilidad. Partiendo de esta actitud interior, la mirada puesta en el costado traspasado de la lanza se transforma en silenciosa adoración. La mirada en el costado traspasado del Señor, del que salen «sangre y agua» (Cf. Jn 19, 34), nos ayuda a reconocer la multitud de dones de gracia que de ahí proceden (Cf. encíclica «Haurietis aquas», 34-41) y nos abre a todas las demás formas de devoción cristiana que están comprendidas en el culto al Corazón de Jesús. (cfr. Benedico XVI, Carta al p. Peter-H Kolvenbach, 15 mayo, 2006)

 

  1. La novena es un buen ejercicio de intercesión unidos a los sentimientos del Señor en la Cruz. El culto perfecto en la Fiesta de la Misericordia exige ejercitar la misericordia de modo especial por la oración de intercesión. El Señor claramente exige: “Deseo que durante esos nueve días lleves a las almas a la Fuente de Mi Misericordia. [….] Cada día traerás a Mi Corazón a un grupo diferente de almas y las sumergirás en este mar de Mi misericordia.” (Diario 1209).

  

- Cada día contempla los sentimientos del Señor con respecto a dicho tipo de personas. Así podrás tener en tu oración los "mismos sentimientos de Cristo". (cfr Diario 1688)

- Cumple los deseos del Corazón de Jesús, fuente de vida  y receptáculo de tu miseria. “He abierto Mi Corazón como una Fuente viva de Misericordia.  Que todas las almas tomen vida de ella”.  “Deseo que durante esos nueve días lleves a las almas a la Fuente de Mi Misericordia…” (Diario 1520; 1209).

- Por tanto, evita hacer  la Novena de carreras; puesto que cada día debemos contemplar el Corazón de Jesus,  presentarle al Señor cierto tipo de personas y "sumergirlas" en el océano de Su misericordia.

 

- Para iniciar la oración podrías utilizar el "Saludo al Corazón de Jesús" de santa Faustina (Diario 1321), o las Letanías de la Divina Misericordia. (Diario 949)

 

  1. Ser Misericordiosos con otros. Contundentemente lo exige el Señor a santa Faustina: Si el alma no practica la misericordia de alguna manera no conseguirá Mi misericordia en el día del juicio. (Diario 1317)

 

Exijo de ti obras de misericordia que deben surgir del amor hacia Mí Debes mostrar misericordia al prójimo siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo ni excusarte ni justificarte [….] De este modo el alma alaba y adora Mi misericordia. Sí, el primer domingo después de Pascua es la Fiesta de la Misericordia, pero también debe estar presente la acción y pido se rinda culto a Mi Misericordia con la solemne celebración de esta Fiesta y con el culto a la imagen que ha sido pintada [….]  ella ha de recordar a los hombres las exigencias de Mi Misericordia, porque la fe sin obras, por fuerte que sea, es inútil.” (Diario 742)

 

Nota: Cualquier hora es buena para rezar la novena. Como inicia el Viernes Santo, bien se puede rezar a las tres de la tarde en la Hora de Misericordia y como preparación a la Celebración litúrgica de la Pasión del Señor.

 

  1. La Novena en el Tiempo de la Misericordia. Prepararnos a la Fiesta de la Misericordia es reconocer que «los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón» (Conc. Vaticano II.. Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual, 1).

 

 Cada día le presentamos a la Divina Misericordia la intención propuesta por el mismo Señor a santa Faustina en la Novena (cfr. Diario 1209ss), les introduciremos en su Corazón y sumergiremos en el Océano de la misericordia.

 

 

  1. Esquema de la Novena.

 

  1. Oración inicial: Saludo al Corazón de Jesus (Diario 1321 / 692). O también Letanías de la Divina Misericordia. (Diario 949/692).

 

Intención del día. Jesús pide: Hoy, tráeme a ….

 

  1. Contemplamos:
  2. Leamos la Santa Palabra: La lectura y meditación de la Palabra divina fortalecerán nuestra esperanza y confianza en la Divina Misericordia.
  3. Contemplamos: Así como el Señor en la Hora nos pide sumergirnos en Su Pasión, en la novena nos sumergimos en el Corazón de Jesus para conocer sus sentimientos. Decía el Señor a santa Faustina: Observa Mi Corazón misericordioso y reproduce su compasión en tu corazón y en tus acciones, de modo que tú misma, que proclamas al mundo Mi misericordia, seas inflamada por ella. (Diario 1688).

- Entra en las llagas de Jesús "hasta su corazón": un momento para leer de nuevo la intención del dia y conocer los sentimientos de Cristo en esa intención.

Es más que leer la intención. Si no se contempla su corazón, sus sentimientos, será una oración fría o distante, ajena al dolor del otro y a los sentimientos del propio Jesus

  1. Meditación: El Corazón de Jesús en las enseñanzas de los Papas y según las Letanías del Sagrado Corazón.
  2. El prójimo en el Corazón de Cristo. La Divina Misericordia nos invita a cuidar personas necesitadas de un encuentro con Cristo para su salvación.

Quien  es mi prójimo en este tiempo de Misericordia? Pregunta a Jesús Resucitado por quién, en especial quiere que ores hoy.

 

III. Oremos

  1. Oremos con santa Faustina: (Oración propia del día de la Novena)
  2. Reza la Coronilla de la Divina Misericordia según la intención del dia.
  3. Oración final.

 

  1. Compromiso.

Exijo de ti obras de misericordia que deben surgir del amor hacia Mi” (Diario 742)  Hacernos cargo del prójimo en el tiempo de Misericordia.  Cuál es el compromiso al que el Espíritu Santo me mueve?

 

 

  1. Entronizar la Imagen.

   En el Siglo XVII, en Francia, una religiosa de la congregación de la Visitación, Santa Margarita María de Alacoque,  recibía una serie de manifestaciones del Sagrado Corazón. En 1675, durante la octava del Corpus Christi, Jesús se le manifestó con el corazón abierto, y señalando con la mano su corazón, exclamó: “He aquí el corazón que ha amado tanto a los hombres, que no se ha ahorrado nada, hasta extinguirse y consumarse para demostrarles su amor. Y en reconocimiento no recibo de la mayoría sino ingratitud”.

 

 En la segunda revelación le pide tener la imagen en su casa y de forma especial en una pequeña tela sujeta a su pecho. Este es origen del popularmente conocido emblema “Detente” o “Salvaguardia del Sagrado Corazón”. La historia testimonia su eficacia en el pasado ante las epidemias, especialmente contra la peste bubónica de Marsella en 1720, donde el pueblo creyente acudió al "Detente", y la epidemia se frenó de manera casi milagrosa.

 

   El siglo pasado el Señor prometió su protección de un modo "nuevo" con la Imagen de la Misericordia. El 21 de febrero de 1931prometía: "El alma que venera esta imagen no perecerá. También prometo, ya aquí en la tierra, la victoria sobre los enemigos y, sobre todo, a la hora de la muerte. Yo Mismo la defenderé como Mi gloria." (Diario 48) y complementa en el año 1934: "Estos rayos protegen a las almas de la indignación de Mi Padre. Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos, porque no le alcanzara la justa mano de Dios." (Diario 299)

 

 Tal promesa nos hace pensar en un nuevo "Detente" que el Señor ofrece a la humanidad a la que no desea castigar sino darle la oportunidad de volver a El (cfr. Diario 300; 1588). Por tal razón será bueno entronizar la imagen de la Divina Misericordia en su casa en la novena, y/o colocar una pequeña imagen en la puerta de cada hogar, en una demostración de plena confianza en la Misericordia divina.

 

   Encontrarás un subsidio para hacer la entronización al final de la Novena.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tomás, uno de los Doce, a quien llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando vino Jesús, y los otros discípulos le decían: “Hemos visto al Señor”. Pero él les contestó: “Si no veo en sus manos la señal de los clavos y si no meto mi dedo en los agujeros de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré”.

 

Ocho días después, estaban reunidos los discípulos a puerta cerrada y Tomás estaba con ellos.

Jesús se presentó de nuevo en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”.

Luego le dijo a Tomás: “Aquí están mis manos; acerca tu dedo. Trae acá tu mano, métela en mi costado y no sigas dudando, sino cree”.

Tomás le respondió: “¡Señor mío y Dios mío!” Jesús añadió: “Tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haber visto”.

 

Juan 20, 19-31

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Novena de preparación a la Fiesta de la Misericordia.

 

Entra en las llagas de Jesús "hasta su corazón"

 

«Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente». (Jn 20,27)

 

  1. Oración inicial para todos los días.

 

Saludo al Corazón de Jesús (Diario 1321)

 

Te saludo, misericordiosísimo Corazón de Jesús,

Viva fuente de toda gracia,

Único amparo y refugio nuestro,

En ti tengo la luz de la esperanza.

 

Te saludo, Corazón piadosísimo de mi Dios,

Insondable, viva fuente de amor,

De la cual brota la vida para los pecadores,

Y los torrentes de toda dulzura.

 

Te saludo, Herida abierta del Sacratísimo Corazón,

 De la cual salieron los rayos de la misericordia

Y de la cual nos es dado sacar la vida,

Únicamente con el recipiente de la confianza.

 

Te saludo, inconcebible bondad de Dios,

Nunca penetrada e insondable,

Llena de amor y de misericordia, siempre santa,

Y como una buena madre inclinada sobre nosotros.

 

Te saludo, Trono de la misericordia, Cordero de Dios,

Que has ofrecido la vida por mí,

Ante el cual mi alma se humilla cada día,

Viviendo en una fe profunda.

(Diario 1321)

 

Oremos: Oh Jesús, te suplico que hagas mi corazón tan grande que pueda contener las necesidades de todas las almas que viven sobre toda la faz de la tierra. Oh Jesús, mi amor se extiende más allá, hasta las almas que sufren en el purgatorio y quiero expresar mi misericordia hacia ellas mediante las plegarias que tienen las indulgencias. Oh Jesús mío, sé que Te comportas con nosotros como nosotros nos comportamos con el prójimo (Diario 692).

 

“Jesús, haz que mi corazón se parezca al tuyo”

 

O también:

 

Letanías de la Divina Misericordia. (Diario 949)

 

Misericordia Divina, que brota del seno del Padre. R/ En ti confío.

Misericordia Divina, Supremo atributo de Dios...

Misericordia Divina, Misterio incomprensible...

Misericordia Divina, Fuente que brota del misterio de la Santísima Trinidad...

Misericordia Divina, insondable para todo entendimiento humano o angélico...

Misericordia Divina, de donde brotan toda vida y felicidad...

Misericordia Divina, más sublime que los cielos...

Misericordia Divina, fuente de milagros y maravillas...

Misericordia Divina, que abarca todo el universo...

Misericordia Divina, que baja al mundo en la Persona del Verbo Encarnado...

Misericordia Divina, que manó de la herida abierta del Corazón de Jesús...

Misericordia Divina, encerrada en el Corazón de Jesús para nosotros y especialmente para los pecadores...

Misericordia Divina, impenetrable en la institución de la sagrada Hostia...

Misericordia Divina, en la institución de la santa Iglesia...

Misericordia Divina, en el sacramento del santo bautismo...

Misericordia Divina, en nuestra justificación por Jesucristo...

Misericordia Divina, que nos acompaña durante toda la vida...

Misericordia Divina, que nos abraza especialmente en la hora de la muerte...

Misericordia Divina, que nos otorga la vida inmortal...

Misericordia Divina, que nos acompaña en cada momento de nuestra vida...

Misericordia Divina, que nos protege del fuego infernal...

Misericordia Divina, en la conversión de los pecadores empedernidos...

Misericordia Divina, asombro para los ángeles, incomprensible para los santos...

Misericordia Divina, insondable en todos los misterios de Dios...

Misericordia Divina, que nos rescata de toda miseria...

Misericordia Divina, fuente de nuestra felicidad y deleite...

Misericordia Divina, que de la nada nos llamó a la existencia...

Misericordia Divina, que abarca todas las obras de sus manos...

Misericordia Divina, corona de todas las obras de Dios...

Misericordia Divina, en la que estamos todos sumergidos...

Misericordia Divina, dulce consuelo para los corazones angustiados....

Misericordia Divina, única esperanza de las almas desesperadas...

Misericordia Divina, remanso de corazones, paz ante el temor...

Misericordia Divina, gozo y éxtasis de las almas santas...

Misericordia Divina, que infunde confianza contra toda esperanza...

 

Oremos: Oh Jesús, te suplico que hagas mi corazón tan grande que pueda contener las necesidades de todas las almas que viven sobre toda la faz de la tierra….

 

 

 

 

Jesus pide la Novena de preparación a la Fiesta de la Misericordia.

 

Deseo que durante esos nueve días lleves a las almas a la Fuente de Mi Misericordia para que saquen fuerzas, alivio y toda gracia que necesiten para afrontar las dificultades de la vida y especialmente en la hora de la muerte.

Cada dia traerás a Mi Corazón a un grupo diferente de almas y las sumergirás en este mar de Mi misericordia.  Y a todas estas almas Yo las introduciré en la casa de Mi Padre.  …

  Y no rehusaré nada a ningún alma que traerás a la Fuente de Mi Misericordia.  Cada dia pedirás a Mi Padre las gracias para estas almas por Mi amarga Pasión.

(Diario, 1209)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Primer día.

(Viernes Santo. Diario, 1210-1211)

 

 

  1. Oración inicial para todos los días.

 

Te saludo, misericordiosísimo Corazón de Jesús, (Diario 1321) o Letanías de la Divina Misericordia. (Diario 949)

 

 

Intención del día:

Jesús pide: Hoy, tráeme a toda la humanidad y especialmente a todos los pecadores, y sumérgelos en el mar de Mi misericordia. De esta forma Me consolarás de la amarga tristeza [en] que Me sume la pérdida de las almas. (Diario, 1210)

 

 

  1. Contemplamos:

Observa Mi Corazón misericordioso y reproduce su compasión en tu corazón y en tus acciones, de modo que tú misma, que proclamas al mundo Mi misericordia, seas inflamada por ella. (Diario 1688)

 

  1. La Palabra de Dios en la vida:

"En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados… nosotros hemos conocido y hemos creído en el amor que Dios nos tiene. Dios es Amor: y el que permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él.  " (1 Jn 4, 10. 16).

“El mismo es la propiciación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.” (1 Juan 2,2)

Ver también Rom 5, 8-9

 

  1. Entra en las llagas de Jesús "hasta su corazón":

Contempla sus sentimientos por los pecadores:

Deseo la salvación de las almas; ayúdame, hija Mía, a salvar las almas. Une tus sufrimientos a Mi Pasión y ofrécelos al Padre Celestial por los pecadores. (Diario, 1032)

 

  1. Meditación

"Mi Corazón está colmado de gran Misericordia por las almas y sobre todo por los pobres pecadores. Oh si pudieran comprender que Yo soy para ellos el mejor de los padres; que para ellos ha brotado de mi Corazón Sangre y Agua, como de un manantial desbordante de Misericordia; que para ellos vivo en el Tabernáculo y como Rey de Misericordia deseo colmar a las almas de Gracias, pero no quieren aceptarlas. Ve tú por lo menos lo más seguido posible a tomar las Gracias, que ellos no quieren aceptar y con esto consolarás mi Corazón..." (Diario 367)

 

El Corazón de Jesús en las enseñanzas de los Papas.

  El Corazón de Jesús es fuente de vida, porque por medio de El actúa la victoria sobre la muerte. Es fuente de santidad, porque en El ha sido vencido el pecado que es adversario de la santidad en el corazón del hombre.

   Jesús, que el domingo de resurrección entra por la puerta cerrado, en el Cenáculo, les muestra las manos y el costado, en el que están visibles los signos de la crucifixión. Muestra el costado, lugar del Corazón traspasado por la lanza del centurión. Así, pues, los Apóstoles han sido llamados a volver al Corazón, que es propiciación por los pecados del mundo. Y con ellos también nosotros somos llamados.

    La potencia de la remisión de los pecados, la potencia de la victoria sobre el mal que alberga en el corazón del hombre, se encierra en la pasión y en la muerte de Cristo Redentor. Un signo Particular de esta potencia redentora es precisamente el Corazón.

    La Pasión de Cristo y Su muerte se han apoderado de todo su cuerpo. Se han cumplido mediante todas las heridas, que El ha recibido durante la pasión. Y se han cumplido sobre todo en el Corazón, porque el Corazón agonizaba mientras se apagaba todo el cuerpo. El Corazón se consumía al ritmo del sufrimiento que producían todas las heridas.

    En este despojamiento el Corazón ardía de amor. Una llama viva de amor ha consumido el Corazón de Jesús en la cruz. Este amor del Corazón fue la potencia propiciadora por nuestros pecados. Ello ha superado - y supera para siempre - todo el mal contenido en el pecado, todo el alejamiento de Dios, toda la rebelión de la libre voluntad humana, que se opone a Dios y a su santidad.

   El amor que ha consumado el Corazón de Jesús el amor que ha causado la muerte de su Corazón - era y es una potencia invencible. Mediante el amor del Corazón divino, la muerte ha logrado la victoria sobre el pecado. Se ha convertido en fuente de vida y de santidad. (San Juan Pablo II, 17 de agosto, 1986)

 

  1. El prójimo en el Corazón de Cristo.

    Pregunta a Jesús Resucitado por quién en especial, El quiere que ores en este día.

   Ora por alguien que vive en el pecado y que sientes el Señor te pide traigas a su corazón.

 

 

  1. Oramos

 

  1. Oremos con santa Faustina: (La Novena del dia, Diario 1211)

 

Oración a Jesús: Jesús tan misericordioso, cuya naturaleza es la de tener compasión de nosotros y de perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que depositamos en Tu bondad infinita. Acógenos en la morada de Tu muy compasivo Corazón y nunca nos dejes salir de Él. Te lo suplicamos por Tu amor que Te une al Padre y al Espíritu Santo.

 

Alabemos la Misericordia Divina:

Oh omnipotencia de la Divina Misericordia Salvación del hombre pecador, Tú [eres] la misericordia y un mar de compasión, Ayudas a quien Te ruega con humildad

 

Oración al Padre: Padre eterno, mira con misericordia a toda la humanidad, y especialmente a los pobres pecadores que están encerrados en el Corazón de Jesús lleno de compasión, y por su dolorosa Pasión muéstranos Tu misericordia para que alabemos su omnipotencia por los siglos de los siglos. Amén.

 

  1. Reza la Coronilla de la Divina Misericordia según el pedido recibido del Maestro Resucitado. (La persona que vive en el pecado que el Señor te hizo recordar y ora por ella).

 

  1. Oración final:

Oh Jesús dulcísimo que Te has dignado permitirme a mi miserable conocer esta insondable misericordia Tuya; oh Jesús dulcísimo que quisiste benignamente que yo hablara al mundo entero de esta inconcebible misericordia Tuya, he aquí hoy tomo en las manos estos dos rayos que brotaron de Tu Corazón misericordioso, es decir, Sangre y Agua, y las derramo sobre toda la faz de la tierra para que toda alma experimente Tu misericordia y, al experimentarla, la adore por los siglos infinitos. (Diario 836)

 

  1. Mi compromiso de misericordia hoy:

 

Hacernos cargo de las llagas del prójimo en el tiempo de Misericordia.

Practica la misericordia como fruto de tu oración (cfr. 1317) con alguien a quien cuestionas o rechazas por su condición moral.

 

 

 

 

Segundo día.

(Sábado Santo. Diario, 1212-1213)

 

 

  1. Oración inicial.

Te saludo, misericordiosísimo Corazón de Jesús, (Diario 1321)

O Letanías de la Divina Misericordia. (Diario 949)

 

 

Intención del día:

Jesús pide: Hoy, tráeme a las almas de los sacerdotes y las almas de los religiosos, y sumérgelas en Mi misericordia insondable. Fueron ellas las que Me dieron fortaleza para soportar Mi amarga Pasión. A través de ellas, como a través de canales, Mi misericordia fluye hacia la humanidad. (Diario, 1212)

 

 

III. Contemplamos:

Observa Mi Corazón misericordioso y reproduce su compasión en tu corazón y en tus acciones, de modo que tú misma, que proclamas al mundo Mi misericordia, seas inflamada por ella. (Diario 1688)

 

  1. Leamos la Santa Palabra: todo sumo sacerdote es tomado de entre los hombres y está constituido en favor de los hombres en lo que se refiere a Dios para ofrecer dones y sacrificios por los pecados. Es capaz de comprender a ignorantes y extraviados, porque está también él envuelto en flaqueza. Y a causa de la misma debe ofrecer por sus propios pecados lo mismo que por los del pueblo.

Y nadie se arroga tal dignidad, si no es llamado por Dios, lo mismo que Aarón. De igual modo, tampoco Cristo se atribuyó el honor de ser sumo sacerdote, sino que lo recibió de quien le dijo: Hijo mío eres tú; yo te he engendrado hoy. (Hebreos 5, 1-5)

 

  1. Entra en las llagas de Jesús "hasta su corazón":

Contempla sus sentimientos por los sacerdotes y los religiosos.

El Señor Jesús defiende mucho a Sus sustitutos en la tierra. Está muy unido a ellos y me ordena anteponer la opinión de ellos a la Suya. Conocí la gran familiaridad que hay entre ellos, entre Jesús y el sacerdote. Lo que dice el sacerdote, Jesús lo defiende y muchas veces se conforma a sus deseos, y a veces hace depender de la opinión [del sacerdote] sus propias relaciones con un alma. Conocí esto muy bien en las gracias particulares, hasta qué punto has compartido con ellos el poder y el misterio, oh Jesús, más que con los ángeles. Me alegro de ello porque todo es para mí bien. (Diario, 1240)

 

  1. Meditación.

El Corazón de Jesús en las enseñanzas de los Papas.

“El Sacerdocio es el amor del corazón de Jesús”, repetía con frecuencia el Santo Cura de Ars. Esta conmovedora expresión nos da pie para reconocer con devoción y admiración el inmenso don que suponen los sacerdotes, no sólo para la Iglesia, sino también para la humanidad misma. Tengo presente a todos los presbíteros que con humildad repiten cada día las palabras y los gestos de Cristo a los fieles cristianos y al mundo entero, identificándose con sus pensamientos, deseos y sentimientos, así como con su estilo de vida. ¿Cómo no destacar sus esfuerzos apostólicos, su servicio infatigable y oculto, su caridad que no excluye a nadie? Y ¿qué decir de la fidelidad entusiasta de tantos sacerdotes que, a pesar de las dificultades e incomprensiones, perseveran en su vocación de “amigos de Cristo”, llamados personalmente, elegidos y enviados por Él?

… Pero la expresión utilizada por el Santo Cura de Ars evoca también la herida abierta en el Corazón de Cristo y la corona de espinas que lo circunda. Y así, pienso en las numerosas situaciones de sufrimiento que aquejan a muchos sacerdotes, porque participan de la experiencia humana del dolor en sus múltiples manifestaciones o por las incomprensiones de los destinatarios mismos de su ministerio: ¿Cómo no recordar tantos sacerdotes ofendidos en su dignidad, obstaculizados en su misión, a veces incluso perseguidos hasta ofrecer el supremo testimonio de la sangre? …

  El Cura de Ars era consciente de ser, como sacerdote, un inmenso don para su gente: “Un buen pastor, un pastor según el Corazón de Dios, es el tesoro más grande que el buen Dios puede conceder a una parroquia, y uno de los dones más preciosos de la misericordia divina” (Benedicto XVI, junio 16, 2009)

 

  1. El prójimo en el Corazón de Cristo.

   Piensa en sacerdotes y religiosos, tanto en aquellos que han sido bendición para ti, como aquellos que te hallan escandalizado o entristecido.

- Agradece a Dios por ellos, por sus vocaciones.

   Pregunta a Jesús Resucitado  por cual sacerdote en especial El quiere que ores hoy.

 

 

  1. Oramos
  2. Oremos con santa Faustina: (Diario, 1213)

 

Oración a Jesús: Jesús misericordiosísimo, de quien procede todo bien, aumenta Tu gracia en nosotros para que realicemos dignas obras de misericordia, de manera que todos aquellos que nos vean, glorifiquen al Padre de misericordia que está en el cielo.

 

Alabemos la Misericordia Divina:

La fuente del amor de Dios, Vive en los corazones limpios, Purificados en el mar de misericordia, Resplandecientes como las estrellas, Claros como la aurora.

 

Oración al Padre: Padre eterno, mira con misericordia al grupo elegido de Tu viña, a las almas de los sacerdotes y a las almas de los religiosos; otórgales el poder de Tu bendición. Por el amor del Corazón de Tu Hijo, en el cual están encerradas, concédeles el poder de Tu luz para que puedan guiar a otros en el camino de la salvación, y a una sola voz canten alabanzas a Tu misericordia sin límite por los siglos de los siglos. Amén.

 

  1. Reza la Coronilla de la Divina Misericordia según la intención del dia.

Presenta a  la Divina Misericordia aquel sacerdote o religioso que el Señor te hace recordar y ora por el.

 

  1. Oración final:

Oh Dios eterno, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros tu mirada y aumenta tu misericordia en nosotros, para que en momentos difíciles no nos desesperemos ni nos desalentemos, sino que con gran confianza, nos sometamos a tu santa voluntad que es el amor y la misericordia misma (Diario 950-951).

 

 

  1. Mi compromiso de misericordia hoy:

 

Hacernos cargo de las llagas del prójimo en el tiempo de Misericordia.

Que podrías hacer hoy por un sacerdote o religioso hoy?

 

 

 

 

Tercer día.

(Domingo de Pascua. Diario, 1214-1215)

 

 

  1. Oración inicial.

 

Te saludo, misericordiosísimo Corazón de Jesús, (Diario 1321)

O Letanías de la Divina Misericordia. (Diario 949)

 

Intención del día:

Jesús pide: Hoy, tráeme a todas las almas devotas y fieles, y sumérgelas en el mar de Mi misericordia. Estas almas Me consolaron a lo largo del Vía Crucis. Fueron una gota de consuelo en medio de un mar de amargura.

(Diario, 1214)

 

 

  1. Contemplamos:

 Observa Mi Corazón misericordioso y reproduce su compasión en tu corazón y en tus acciones, de modo que tú misma, que proclamas al mundo Mi misericordia, seas inflamada por ella. (Diario 1688)

 

  1. Leemos la Santa Palabra:

  Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios…. En esto se manifestó entre nosotros el amor de Dios; en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él.

En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de expiación por nuestros pecados.

A Dios nadie le ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios mora en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a la perfección. (1Jn 4,7-12).

 

  1. Entra en las llagas de Jesús "hasta su corazón":

Contempla sus sentimientos por las personas devotas:

“Todas las almas que Adoren Mi misericordia y propaguen la devoción invitando a otras almas a confiar en Mi misericordia no experimentarán terror en la hora de la muerte. Mi misericordia las protegerá en ese último combate” (Diario, 1540).

 

  1. Meditación.

El Corazón de Jesús en las enseñanzas de los Papas.

El Corazón de Jesús es generoso para aquellos que lo invocan […] puesto que en El habita efectivamente la plenitud. la plenitud de la divinidad habita en Cristo verdadero hombre: y Dios es amor.

Es generoso porque ama, y amar quiere decir prodigar, quiere decir dar. Amar quiere decir ser don. -Quiere decir ser para los demás ser para todos, ser para cada uno.

Para cada uno que llama. […] todos aquellos que son "pobres de espíritu", que "tienen hambre y sed de justicia" que, ellos mismos, "son misericordiosos" tienen la fuerza de llamar al amor. Todos ellos - y tantos otros más - tienen un maravilloso "poder" sobre el amor. Todos ellos hacen que el amor se comunique, se dé y se manifieste así la generosidad del corazón.

¡Corazón de Jesús, generoso para todos lo que te invocan! Mediante esta generosidad el amor no se agota, sino que crece. Crece constantemente. Esta es la naturaleza misteriosa del amor. Y éste es también el misterio del Corazón de Jesús, que es generoso para con todos.

Se abre a todos y cada uno. Se abre completamente por sí mismo. Y en esta generosidad no se agota. La generosidad del Corazón da testimonio de que el amor no está sometido a las leyes de la muerte, sino a las leyes de la resurrección y la vida. Da testimonio de que el amor crece con el amor. Esta es su naturaleza. (San Juan Pablo II, 3 de agosto, 1986)

 

 

  1. El prójimo en el Corazón de Cristo.

Piensa en alguien en quien reconoces su vida espiritual profunda.

- Pregunta a Jesús Resucitado, por quien orar en este día.

 

 

III. Oramos

 

  1. Oremos con santa Faustina: (Diario, 1215)

 

Oración a Jesús: Jesús infinitamente compasivo, que desde el tesoro de Tu misericordia les concedes a todos Tus gracias en gran abundancia, acógenos en la morada de Tu clementisimo Corazón y nunca nos dejes escapar de Él. Te lo suplicamos por el inconcebible amor Tuyo con que Tu Corazón arde por el Padre celestial.

 

Alabemos la Misericordia Divina:

Son impenetrables las maravillas de la misericordia, No alcanza sondearlas ni el pecador ni el justo, Miras a todos con compasión, Y atraes a todos a tu amor.

 

Oración al Padre: Padre eterno, mira con misericordia a las almas fieles como herencia de Tu Hijo y por su dolorosa Pasión, concédeles Tu bendición y rodéalas con Tu protección constante para que no pierdan el amor y el tesoro de la santa fe, sino que con toda la legión de los Ángeles y los santos, glorifiquen Tu infinita misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

 

  1. Reza la Coronilla de la Divina Misericordia según la intención del dia.

- Presenta al Señor Jesús esas personas que son testimonio de vida espiritual, y sumérgelas en Su Misericordia Divina.

 

  1. Oración final:

Oh Jesús dulcísimo que Te has dignado permitirme a mi miserable conocer esta insondable misericordia Tuya; oh Jesús dulcísimo que quisiste benignamente que yo hablara al mundo entero de esta inconcebible misericordia Tuya, he aquí hoy tomo en las manos estos dos rayos que brotaron de Tu Corazón misericordioso, es decir, Sangre y Agua, y las derramo sobre toda la faz de la tierra para que toda alma experimente Tu misericordia y, al experimentarla, la adore por los siglos infinitos. (Diario 836)

 

 

  1. Mi compromiso de misericordia hoy:

Hacernos cargo de las llagas del prójimo en el tiempo de Misericordia.

Conoces una persona que es testimonio de devoción en tu parroquia? Cuál cualidad le conoces que podrías imitar para crecer en tu espiritualidad?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuarto día.

(Lunes de Pascua. Diario, 1216-1217)

 

 

  1. Oración inicial.

Te saludo, misericordiosísimo Corazón de Jesús, (Diario 1321)

O Letanías de la Divina Misericordia. (Diario 949)

 

 

Intención del día:

Jesús pide: Hoy, tráeme a los paganos y aquellos que todavía no Me conocen. También pensaba en ellos durante Mi amarga Pasión y su futuro celo consoló Mi Corazón. Sumérgelos en el mar de Mi misericordia. (Diario, 1216)

 

Nota: Nuestro Señor originalmente usó las palabras “los paganos”. Desde el pontificado del Papa Juan XXIII, la Iglesia ha juzgado apropiado el reemplazo de este término por la denominación “los que no creen en Cristo” y “los que no conocen a Dios” (ver el Misal Romano, 1970).

 

 

  1. Contemplamos:

Observa Mi Corazón misericordioso y reproduce su compasión en tu corazón y en tus acciones, de modo que tú misma, que proclamas al mundo Mi misericordia, seas inflamada por ella. (Diario 1688)

 

  1. Leamos la Santa Palabra:

Cuando nosotros todavía estábamos sin fuerza, en el tiempo señalado, Cristo murió por los impíos; en verdad, apenas habrá quien muera por un justo; por un hombre de bien tal vez se atrevería uno a morir; mas la prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros. ¡Con cuánta más razón, pues, justificados ahora por su sangre, seremos por él salvos del castigo!

Si, cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, estando ya reconciliados, seremos salvos por su vida! Y no sólo eso, sino que también nos gloriamos en Dios, por nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos obtenido ahora la reconciliación. (Romanos 5, 6 -11)

 

  1. Entra en las llagas de Jesús "hasta su corazón":

Contempla sus sentimientos por quienes aún no conocen a Dios o viven un ateísmo práctico:

Para que Yo pueda obrar en un alma, el alma debe tener fe. Oh, cuánto Me agrada la fe viva (Diario, 1420).

 

  1. Meditación.

El Corazón de Jesús en las enseñanzas de los Papas.

   Qué significa creer hoy? De hecho en nuestro tiempo es necesaria una renovada educación en la fe, que comprenda ciertamente un conocimiento de sus verdades y de los acontecimientos de la salvación, pero que sobre todo nazca de un verdadero encuentro con Dios en Jesucristo, de amarle, de confiar en Él, de forma que toda la vida esté involucrada en ello. […] La fe no es un simple asentimiento intelectual del hombre a las verdades particulares sobre Dios; es un acto con el que me confío libremente a un Dios que es Padre y me ama; es adhesión a un «Tú» que me dona esperanza y confianza. […] La fe es creer en este amor de Dios que no decae frente a la maldad del hombre, frente al mal y la muerte, sino que es capaz de transformar toda forma de esclavitud, donando la posibilidad de la salvación. Tener fe, entonces, es encontrar a este «Tú», Dios, que me sostiene y me concede la promesa de un amor indestructible que no sólo aspira a la eternidad, sino que la dona. (Benedicto XVI, 24 de octubre de 2012)

 

 

  1. El prójimo en el Corazón de Cristo.

   Piensa en tantos lugares sin evangelización. La Divina Misericordia nos invita a interceder por todos aquellos que aún no conocen a Dios o viven un ateísmo práctico.

   - Pregunta a Jesús Resucitado, por quien de modo especial, El quiere que ores en este día.

 

 

III. Oramos

 

  1. Oremos con santa Faustina: (Diario, 1217)

 

Oración a Jesús: Jesús compasivísimo, que eres la luz del mundo entero. Acoge en la morada de Tu piadosísimo Corazón a las almas de los paganos que todavía no Te conocen. Que los rayos de Tu gracia las iluminen para que también ellas unidas a nosotros, ensalcen Tu misericordia admirable y no las dejes salir de la morada de Tu compasivísimo Corazón.

 

Alabemos la Misericordia Divina:

La luz de Tu amor

Ilumine las tinieblas de las almas

Haz que estas almas Te conozcan,

Y junto con nosotros glorifiquen Tu misericordia.

 

Oración al Padre: Padre eterno, mira con misericordia a las almas de los paganos y de los que todavía no Te conocen, pero que están encerrados en el muy compasivo Corazón de Jesús. Atráelas hacia la luz del Evangelio. Estas almas desconocen la gran felicidad que es amarte. Concédeles que también ellas ensalcen la generosidad de Tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

 

  1. Reza la Coronilla de la Divina Misericordia según la intención del dia.

- Oremos por tanta gente que vive como si Dios no existiese o rechazan la fe.

 

  1. Oración final:

Oh Jesús dulcísimo que Te has dignado permitirme a mi miserable conocer esta insondable misericordia Tuya; oh Jesús dulcísimo que quisiste benignamente que yo hablara al mundo entero de esta inconcebible misericordia Tuya, he aquí hoy tomo en las manos estos dos rayos que brotaron de Tu Corazón misericordioso, es decir, Sangre y Agua, y las derramo sobre toda la faz de la tierra para que toda alma experimente Tu misericordia y, al experimentarla, la adore por los siglos infinitos. (Diario 836)

 

 

  1. Mi compromiso de misericordia hoy:

Hacernos cargo de las llagas del prójimo en el tiempo de Misericordia.

 Tal vez en tu familia o vecindario o lugar de trabajo conoces alguien que se ha declarado agnóstico o ateo. Hoy le saludarás de modo amable y le bendecirás.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Quinto día

(Martes de Pascua. Diario, 1218-1219)

 

  1. Oración inicial.

Te saludo, misericordiosísimo Corazón de Jesús, (Diario 1321)

O Letanías de la Divina Misericordia. (Diario 949)

 

 

Intención del día:

Jesús pide: Hoy, atráeme a las almas de los herejes y de los cismáticos (o hermanos separados), y sumérgelas en el mar de Mi misericordia. Durante Mi amarga Pasión, desgarraron Mi cuerpo y Mi Corazón, es decir, Mi Iglesia. Según regresan a la Iglesia, Mis llagas cicatrizan y de este modo alivian Mi Pasión. (Diario, 1218)

 

 

  1. Contemplamos:

Observa Mi Corazón misericordioso y reproduce su compasión en tu corazón y en tus acciones, de modo que tú misma, que proclamas al mundo Mi misericordia, seas inflamada por ella. (Diario 1688)

 

  1. Leamos la Santa Palabra:

Vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por su propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades; apartarán sus oídos de la verdad y se volverán a las fábulas. Tú, en cambio, pórtate en todo con prudencia…  (2 Timoteo 4,3-5a)

 

  1. Entra en las llagas de Jesús "hasta su corazón":

Contempla sus sentimientos por las heridas de división y de herejías en el seno de la Iglesia; contempla su mirada hacia los hermanos separados.

 

  1. Meditación.

El Corazón de Jesús en las enseñanzas de los Papas.

"¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna?" y "¿Quién es mi prójimo?" son las dos preguntas contenidas en el pasaje evangélico …  la expresión "hacer para heredar" y, por tanto, "tener" indica "una religiosidad distorsionada basada en la posesión más que en el don, donde Dios es el medio para obtener lo que quiero, no el fin para ser amado de todo corazón". Luego está la del prójimo: Si la primera pregunta corría el riesgo de reducir a Dios al propio “yo”, esta trata de dividir: dividir a las personas entre las que se deben amar y las que se pueden ignorar. Y dividir nunca es de Dios, sino del diablo. Jesús, sin embargo, no responde teorizando, sino con la parábola del buen samaritano, con una historia concreta, que nos involucra también a nosotros.

El samaritano del relato evangélico, no es un sacerdote o un levita, sino "un hereje" que se convierte él mismo en prójimo al curar las heridas de un hermano. La pregunta que hay que hacerse, pues, no es "¿quién es mi prójimo?", sino "¿me hago yo prójimo?".

Sólo este amor que se convierte en servicio gratuito, sólo este amor que Jesús proclamó y vivió, acercará a los cristianos separados los unos a los otros. Sí, sólo este amor, que no vuelve al pasado para poner distancia o señalar con el dedo; sólo este amor, que en nombre de Dios antepone el hermano a la férrea defensa del propio sistema religioso, nos unirá.

Entre nosotros nunca deberíamos preguntarnos “¿quién es mi prójimo?”. Porque todo bautizado pertenece al mismo Cuerpo de Cristo; y más aún, porque toda persona en el mundo es mi hermano o mi hermana, y todos componemos la “sinfonía de la humanidad”, de la que Cristo es primogénito y redentor. (Papa Francisco. enero 25, 2024)

 

 

  1. El prójimo en el Corazón de Cristo.

Tal vez tienes en tu familia o en tu círculo de amistades un hermano separado. Ora por él.

 

 

III. Oramos

 

  1. Oremos con santa Faustina (Diario, 1219)

 

Oración a Jesús: Jesús sumamente misericordioso, que eres la bondad misma, Tú no niegas la luz a quienes Te la piden. Acoge en la morada de Tu muy compasivo Corazón a las almas de los herejes y las almas de los cismáticos y llévalas con Tu luz a la unidad con la Iglesia; no la dejes alejarse de la morada de Tu compasivísimo Corazón, sino haz que también ellas glorifiquen la generosidad de Tu misericordia.

 

Alabemos la Misericordia Divina:

También para aquellos que rasgaron

la vestidura de Tu unidad

Brota de tu Corazón la fuente de piedad.

La omnipotencia de Tu misericordia, oh Dios,

Puede sacar del error también a estas almas.

 

Oración al Padre: Padre eterno, mira con misericordia a las almas de los herejes y de los cismáticos que han malgastado Tus bendiciones y han abusado de Tus gracias por persistir obstinadamente en sus errores. No mires sus errores, sino el amor de Tu Hijo y su amarga Pasión que sufrió por ellos ya que también ellos están acogidos en el sumamente compasivo Corazón de Jesús. Haz que también ellos glorifiquen Tu gran misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

 

  1. Reza la Coronilla de la Divina Misericordia según la intención del dia.

 (La persona que en tu oración el Señor te hizo recordar)

  1. Oración final:

Oh Jesús dulcísimo que Te has dignado permitirme a mi miserable conocer esta insondable misericordia Tuya; oh Jesús dulcísimo que quisiste benignamente que yo hablara al mundo entero de esta inconcebible misericordia Tuya, he aquí hoy tomo en las manos estos dos rayos que brotaron de Tu Corazón misericordioso, es decir, Sangre y Agua, y las derramo sobre toda la faz de la tierra para que toda alma experimente Tu misericordia y, al experimentarla, la adore por los siglos infinitos. (Diario 836)

 

 

 

  1. Mi compromiso de misericordia hoy:

Hacernos cargo de las llagas del prójimo en el tiempo de Misericordia. Piensa como puedes tener una sana conversación con un hermano separado o alguien que propaga doctrinas que confunden.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sexto día.

(Miércoles de Pascua. Diario, 1220-1222)

 

 

  1. Oración inicial.

Te saludo, misericordiosísimo Corazón de Jesús, (Diario 1321)

O Letanías de la Divina Misericordia. (Diario 949)

 

 

Intención del día:

Jesús pide: Hoy, tráeme a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños, y sumérgelas en Mi misericordia. Éstas son las almas más semejantes a Mi Corazón. Ellas Me fortalecieron durante Mi amarga agonía. Las veía como Ángeles terrestres que velarían al pie de Mis altares. Sobre ellas derramo torrentes enteros de gracias. Solamente el alma humilde es capaz de recibir Mi gracia; concedo Mi confianza a las almas humildes. (Diario, 1220)

 

 

  1. Contemplamos:

Observa Mi Corazón misericordioso y reproduce su compasión en tu corazón y en tus acciones, de modo que tú misma, que proclamas al mundo Mi misericordia, seas inflamada por ella. (Diario 1688)

 

  1. Leamos la Santa Palabra:

La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos. Y, al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!

(Filipenses 2,5-8)

 

  1. Entra en las llagas de Jesús "hasta su corazón":

Contempla sus sentimientos por los humildes:

Oh, qué bella es un alma humilde; (...). A tal alma Dios no niega nada; tal alma es omnipotente, ella influye en el destino del mundo entero; a tal alma Dios la eleva hasta su trono y cuanto más ella se humilla tanto más Dios se inclina hacia ella, la persigue con Sus gracias. (Diario 1306).

 

  1. Meditación.

El Corazón de Jesús en las enseñanzas de los Papas.

Este amor, esta fidelidad del Señor manifiesta la humildad de su corazón: Jesús no vino a conquistar a los hombres como los reyes y los poderosos de este mundo, sino que vino a ofrecer amor con mansedumbre y humildad. Así se definió a sí mismo: “Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón”. Y el sentido de la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, que celebramos hoy, es que descubramos cada vez más y nos envuelva la fidelidad humilde y la mansedumbre del amor de Cristo, revelación de la misericordia del Padre. Podemos experimentar y gustar la ternura de este amor en cada estación de la vida: en el tiempo de la alegría y en el de la tristeza, en el tiempo de la salud y en el de la enfermedad y la dificultad.

La fidelidad de Dios nos enseña a acoger la vida como acontecimiento de su amor y nos permite testimoniar este amor a los hermanos mediante un servicio humilde y manso. (Francisco, 27 de junio de 2014).

 

  1. El prójimo en el Corazón de Cristo.

Piensa en un pobre, habitante de la calle, o un niño, que se te ha acercado últimamente, preséntalos al Señor Jesús.

   - Pregunta a Jesús Resucitado, por quien orar en esta novena.

 

 

III. Oramos

 

  1. Oremos con santa Faustina: (Diario, 1221)

 

Oración a Jesús: Jesús, tan misericordioso, Tu Mismo has dicho: Aprendan de Mí que soy manso y humilde de corazón. Acoge en la morada de Tu compasivisimo Corazón a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños. Estas almas llevan a todo el cielo al éxtasis y son las preferidas del Padre celestial. Son un ramillete perfumado ante el trono de Dios, de cuyo perfume se deleita Dios Mismo. Estas almas tienen una morada permanente en Tu compasivisimo Corazón y cantan sin cesar un himno de amor y misericordia por la eternidad.

 

Alabemos la Misericordia Divina:

De verdad el alma humilde y mansa

Ya aquí en la tierra respira el paraíso,

Y del perfume de su humilde corazón

Se deleita el Creador Mismo.  (Diario 1222)

 

Oración al Padre: Padre eterno, mira con misericordia a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños que están encerradas en el muy compasivo Corazón de Jesús. Estas almas son las más semejantes a Tu Hijo. Su fragancia asciende desde la tierra y alcanza Tu trono. Padre de misericordia y de toda bondad, Te suplico por el amor que tienes por estas almas y el gozo que Te proporcionan, bendice al mundo entero para que todas las almas canten juntas las alabanzas de Tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

 

  1. Reza la Coronilla de la Divina Misericordia según la intención del dia.

 

  1. Oración final:

Oh Jesús dulcísimo que Te has dignado permitirme a mi miserable conocer esta insondable misericordia Tuya; oh Jesús dulcísimo que quisiste benignamente que yo hablara al mundo entero de esta inconcebible misericordia Tuya, he aquí hoy tomo en las manos estos dos rayos que brotaron de Tu Corazón misericordioso, es decir, Sangre y Agua, y las derramo sobre toda la faz de la tierra para que toda alma experimente Tu misericordia y, al experimentarla, la adore por los siglos infinitos. (Diario 836)

 

  1. Mi compromiso de misericordia hoy:

 

Hacernos cargo de las llagas del prójimo en el tiempo de Misericordia.

Tu prójimo necesitado de misericordia hoy puede ser un pobre, habitante de la calle, o un niño, que se te acerca. Le saludarás amablemente y harás una obra de caridad con el

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Séptimo día.

(Jueves de Pascua. Diario, 1224-1225)

 

 

Oración inicial.

Te saludo, misericordiosísimo Corazón de Jesús, (Diario 1321)

O Letanías de la Divina Misericordia. (Diario 949)

 

 

Intención del día:

Jesús pide: Hoy, tráeme a las almas que veneran y glorifican Mi misericordia de modo especial y sumérgelas en Mi misericordia. Estas almas son las que más lamentaron Mi Pasión y penetraron más profundamente en Mi espíritu. Ellas son un reflejo viviente de Mi Corazón compasivo. Estas almas resplandecerán con un resplandor especial en la vida futura. Ninguna de ellas irá al fuego del infierno. Defenderé de modo especial a cada una en la hora de la muerte. (Diario, 1224)

 

 

  1. Contemplamos:

Observa Mi Corazón misericordioso y reproduce su compasión en tu corazón y en tus acciones, de modo que tú misma, que proclamas al mundo Mi misericordia, seas inflamada por ella. (Diario 1688)

 

  1. Leamos la Santa Palabra:

El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia. Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por sus fieles.

Pero la misericordia del Señor dura siempre, su justicia pasa de hijos a nietos: para los que guardan la alianza, y recitan y cumplen sus mandatos. (Sal 102)

 

  1. Entra en las llagas de Jesús "hasta su corazón":

Contempla sus sentimientos por quienes viven en su Misericordia:

“Almas que difundan el honor de Mi misericordia… en la hora de la muerte no seré para ellas un Juez, sino el Salvador Misericordioso”. (Diario, 1075)

 

  1. Meditación.

El Corazón de Jesús en las enseñanzas de los Papas.

   "Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia" (Sal 117, 1). Hagamos nuestra la exclamación del salmista, que hemos cantado en el Salmo responsorial: la misericordia del Señor es eterna. Para comprender a fondo la verdad de estas palabras, dejemos que la liturgia nos guíe al corazón del acontecimiento salvífico, que une la muerte y la resurrección de Cristo a nuestra existencia y a la historia del mundo. Este prodigio de misericordia ha cambiado radicalmente el destino de la humanidad. Es un prodigio en el que se manifiesta plenamente el amor del Padre, el cual, con vistas a nuestra redención, no se arredra ni siquiera ante el sacrificio de su Hijo unigénito.

   Tanto los creyentes como los no creyentes pueden admirar en el Cristo humillado y sufriente una solidaridad sorprendente, que lo une a nuestra condición humana más allá de cualquier medida imaginable. La cruz, incluso después de la resurrección del Hijo de Dios, "habla y no cesa nunca de decir que Dios-Padre es absolutamente fiel a su eterno amor por el hombre. (...) Creer en ese amor significa creer en la misericordia" (Dives in misericordia, 7).

  Queremos dar gracias al Señor por su amor, que es más fuerte que la muerte y que el pecado. Ese amor se revela y se realiza como misericordia en nuestra existencia diaria, e impulsa a todo hombre a tener, a su vez, "misericordia" hacia el Crucificado. ¿No es precisamente amar a Dios y amar al próximo, e incluso a los "enemigos", siguiendo el ejemplo de Jesús, el programa de vida de todo bautizado y de la Iglesia entera? (San Juan Pablo II. Abril 22, 2001)

 

  1. El prójimo en el Corazón de Cristo.

   En este tiempo de misericordia los ministros de la eucaristía y misioneros ejercitan de un modo especial la misericordia con los enfermos y necesitados. Pregunta a Jesús Resucitado por un misionero y/o ministro de la eucaristía en riesgo para orar por él.

 

 

III. Oramos

 

  1. Oremos con santa Faustina: (Diario, 1225)

 

Oración a Jesús: Jesús misericordiosísimo, cuyo Corazón es el amor mismo, acoge en la morada de Tu compasivisimo Corazón a las almas que veneran y ensalzan de modo particular la grandeza de Tu misericordia. Estas almas son fuertes con el poder de Dios Mismo. En medio de toda clase de aflicciones y adversidades siguen adelante confiadas en Tu misericordia, y unidas a Ti, cargan sobre sus hombros a toda la humanidad. Estas almas no serán juzgadas severamente, sino que Tu misericordia las protegerá en la hora de la muerte.

 

Alabemos la Misericordia Divina:

El alma que ensalza la bondad de su Señor

Es por Él particularmente amada.

Está siempre al lado de la fuente viva

Y saca gracias de la Divina Misericordia. (Diario, 1225)

 

Oración al Padre:

Padre eterno, mira con misericordia a aquellas almas que glorifican y veneran Tu mayor atributo, es decir, Tu misericordia insondable y que están encerradas en el compasivisimo Corazón de Jesús. Estas almas son un Evangelio viviente, sus manos están llenas de obras de misericordia y sus corazones, desbordantes de gozo, Te cantan, oh Altísimo, un cántico de misericordia. Te suplico, oh Dios, muéstrales Tu misericordia según la esperanza y la confianza que han puesto en Ti. Que se cumpla en ellas la promesa de Jesús quien les dijo: A las almas que veneren esta infinita misericordia Mía, Yo Mismo las defenderé como Mi gloria durante sus vidas y especialmente en la hora de la muerte.

 

  1. Reza la Coronilla de la Divina Misericordia según la intención del dia, que en tu oración el Señor te hace recordar.

 

  1. Oración final:

Oh Jesús dulcísimo que Te has dignado permitirme a mi miserable conocer esta insondable misericordia Tuya; oh Jesús dulcísimo que quisiste benignamente que yo hablara al mundo entero de esta inconcebible misericordia Tuya, he aquí hoy tomo en las manos estos dos rayos que brotaron de Tu Corazón misericordioso, es decir, Sangre y Agua, y las derramo sobre toda la faz de la tierra para que toda alma experimente Tu misericordia y, al experimentarla, la adore por los siglos infinitos. (Diario 836)

 

 

  1. Mi compromiso de misericordia hoy:

Hacernos cargo de las llagas del prójimo en el tiempo de Misericordia.

   Hoy puedes ser un “apóstol de Misericordia” acompañando a un misionero o a un ministro de la Eucaristía a hacer visitas a hogares y enfermos llevando la Misericordia Divina de acción o de palabra.

 

 

 

Octavo día.

(Viernes de Pascua. Diario, 1226-1227)

 

 

  1. Oración inicial.

Te saludo, misericordiosísimo Corazón de Jesús, (Diario 1321)

O Letanías de la Divina Misericordia. (Diario 949)

 

Intención del día

Jesús pide: Hoy tráeme a las almas que están en la cárcel del purgatorio y sumérgelas en el abismo de Mi misericordia. Que los torrentes de Mi sangre refresquen el ardor del purgatorio. Todas estas almas son muy amadas por Mí Ellas cumplen con el justo castigo que se debe a Mi justicia. Está en tu poder llevarles alivio. Haz uso de todas las indulgencias del tesoro de Mi Iglesia y ofrécelas en su nombre…. Oh, sí conocieras los tormentos que ellas sufren ofrecerías continuamente por ellas las limosnas del espíritu y saldarías las deudas que tienen con Mi justicia. (Diario, 1226)

 

 

  1. Contemplamos:

Observa Mi Corazón misericordioso y reproduce su compasión en tu corazón y en tus acciones, de modo que tú misma, que proclamas al mundo Mi misericordia, seas inflamada por ella. (Diario 1688)

 

  1. Leamos la Santa Palabra:

Yo dije: A la mitad de mis días me voy; en las puertas del Seol se me asigna un lugar para el resto de mis años. Dije: No veré a Yahvé en la tierra de los vivos; no veré ya a ningún hombre de los que habitan el mundo.

Mi morada es arrancada, se me arrebata como tienda de pastor. Enrollo como tejedor mi vida, del hilo del tejido me cortaste.

De la noche a la mañana acabas conmigo; grité hasta la madrugada; como león tritura todos mis huesos. De la noche a la mañana acabas conmigo. Como grulla, como golondrina chirrío, zureo como paloma. Se consumen mis ojos de mirar hacia arriba. Yahvé, estoy oprimido, sal por mí. ¿Qué diré? ¿De qué le hablaré, cuando él mismo lo ha hecho? Caminaré todos mis años en la amargura de mi alma.

El Señor está con ellos, viven, y todo lo que hay en ellos es vida de su espíritu. Tú me curarás, me darás la vida. Entonces mi amargura se trocará en bienestar, pues tú preservaste mi alma de la fosa de la nada, porque te echaste a la espalda todos mis pecados. (Isaias 38, 10-17)

 

  1. Entra en las llagas de Jesús "hasta su corazón":

Contempla sus sentimientos por las almas del purgatorio:

“Le pregunté a Jesús: ¿Por quién debo rezar todavía? Me contestó que la noche siguiente me haría conocer por quien debía rezar. Vi al Ángel de la Guarda que me dijo seguirlo. En un momento me encontré en un lugar nebuloso, lleno de fuego y había allí una multitud de almas sufrientes. Estas almas estaban orando con gran fervor, pero sin eficacia para ellas mismas, solo nosotros podemos ayudarlas. Las llamas que las quemaban, a mi no me tocaban. Mi Ángel de la Guarda no me abandonó ni por un solo momento. Pregunté a estas almas ¿Cuál era su mayor tormento? Y me contestaron unánimemente que su mayor tormento era la añoranza de Dios. … Deseaba hablar más con ellas, sin embargo mi Ángel de la Guarda me hizo seña de salir. Salimos de esa cárcel de sufrimiento. Oí una voz interior que me dijo: Mi misericordia no lo desea, pero la justicia lo exige.” (Diario, 19)

 

  1. Meditación.

El Corazón de Jesús en las enseñanzas de los Papas.

   La muerte forma parte de la condición humana: es el momento terminal de la fase histórica de la vida. En la concepción cristiano, la muerte es un paso: de la luz creada a la luz increada, de la vida temporal a la vida eterna. El Corazón de Cristo, su amor y su misericordia, son esperanza y seguridad para quien muere en EL.

  Pero, ¿Qué significa "morir en Cristo"? Significa ante todo, leer el evento desgarrador y misterioso de la muerte a la luz de la enseñanza del Hijo de Dios y verlo, por ello, como el momento de la partida hacia la casa del Padre, donde Jesús, pasando también El a través de la muerte, ha ido a preparamos un lugar (Jn 14,2); es decir significa creer que, a pesar de la destrucción de nuestro cuerpo, la muerte es premisa de vida y de fruto abundante (Jn 12,24).

  "Morir en Cristo" significa, además, confiar en Cristo y abandonarse totalmente a El, poniendo en sus manos - de hermano, de amigo, de buen Pastor - el propio destino, así como El, , porque nada, "ni la muerte ni la vida... podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro" (Rm 8,38-39). ….

  "Morir en Cristo" significa finalmente, "morir como Cristo": orando y perdonando, teniendo junto a si a la bienaventurada Virgen…. (San Juan Pablo II, 5 de noviembre, 1989)

 

 

  1. El prójimo en el Corazón de Cristo.

  Este dia oraremos por los difuntos por las guerras de este año, los de tu familia o amistades, o aquellos que no tienen quien les recuerde.

Pregunta a Jesús Resucitado, por quien de modo especial, El quiere que ores hoy.

 

III. Oramos.

 

  1. Oremos con santa Faustina: (Diario, 1227)

 

Oración a Jesús: Jesús misericordiosísimo, Tu Mismo has dicho que deseas la misericordia; heme aquí que llevo a la morada de Tu muy compasivo Corazón a las almas del purgatorio, almas que Te son muy queridas, pero que deben pagar su culpa adeudada a Tu justicia. Que los torrentes de Sangre y Agua que brotaron de Tu Corazón, apaguen el fuego del purgatorio para que también allí sea glorificado el poder de Tu misericordia.

 

Alabemos la Misericordia Divina:

Del tremendo ardor del fuego del purgatorio

Se levanta un lamento a Tu misericordia.

Y reciben consuelo, alivio y refrigerio

En el torrente de Sangre y Agua derramado.

 

Oración al Padre: Padre eterno, mira con misericordia a las almas que sufren en el purgatorio y que están encerradas en el muy compasivo Corazón de Jesús. Te suplico por la dolorosa Pasión de Jesús, Tu Hijo, y por toda la amargura con la cual su sacratísima alma fue inundada, muestra Tu misericordia a las almas que están bajo Tu justo escrutinio. No las mires sino a través de las heridas de Jesús, Tu amadísimo Hijo, ya que creemos que Tu bondad y Tu compasión no tienen límites.

 

  1. Reza la Coronilla de la Divina Misericordia según la intención del dia.

 

  1. Oración final:

Oh Jesús dulcísimo que Te has dignado permitirme a mi miserable conocer esta insondable misericordia Tuya; oh Jesús dulcísimo que quisiste benignamente que yo hablara al mundo entero de esta inconcebible misericordia Tuya, he aquí hoy tomo en las manos estos dos rayos que brotaron de Tu Corazón misericordioso, es decir, Sangre y Agua, y las derramo sobre toda la faz de la tierra para que toda alma experimente Tu misericordia y, al experimentarla, la adore por los siglos infinitos. (Diario 836)

 

 

  1. Mi compromiso de misericordia hoy:

Hacernos cargo de las llagas del prójimo en el tiempo de Misericordia.

Visitar un cementerio y buscar una tumba que veas descuidada y orar por aquel difunto aunque no le hubieses conocido

Esta visita la puedes hacer ya sea físicamente o en tu imaginación si se te dificulta salir o debes tener cuidados de tu salud.

 

 

 

 

Noveno día.

(Sábado de Pascua. Diario, 1228-1229)

 

 

  1. Oración inicial.

Te saludo, misericordiosísimo Corazón de Jesús, (Diario 1321)

O Letanías de la Divina Misericordia. (Diario 949)

 

Intención del día.

Jesús pide: Hoy, tráeme a las almas tibias y sumérgelas en el abismo de Mi misericordia. Estas almas son las que más dolorosamente hieren Mi Corazón. A causa de las almas tibias, Mi alma experimentó la más intensa repugnancia en el Huerto de los Olivos. A causa de ellas dije: Padre, aleja de Mí este cáliz, si es Tu voluntad. Para ellas, la última tabla de salvación consiste en recurrir a Mi misericordia. (Diario, 1228)

 

 

  1. Contemplamos:

Observa Mi Corazón misericordioso y reproduce su compasión en tu corazón y en tus acciones, de modo que tú misma, que proclamas al mundo Mi misericordia, seas inflamada por ella. (Diario 1688)

 

  1. Leamos la Santa Escritura:

Conozco tu conducta: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Ahora bien, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca.

Tú dices: «Soy rico; me he enriquecido; nada me falta». Y no te das cuenta de que eres un desgraciado, digno de compasión, pobre, ciego y desnudo. Te aconsejo que me compres oro acrisolado al fuego para que te enriquezcas, vestidos blancos para que te cubras, y no quede al descubierto la vergüenza de tu desnudez, y un colirio para que te des en los ojos y recobres la vista. Yo a los que amo, los reprendo y corrijo. Sé, pues, ferviente y arrepiéntete. (Apocalipsis 3, 14-19)

 

 

  1. Entra en las llagas de Jesús "hasta su corazón":

Contempla sus sentimientos por aquellos que no confían en su misericordia

“Mi Corazón está colmado de gran misericordia para las almas y especialmente para los pobres pecadores. Oh, si pudieran comprender que Yo soy para ellas el mejor Padre, que para ellas de Mi Corazón ha brotado Sangre y Agua como de una fuente desbordante de misericordia; para ellas vivo en el tabernáculo; como Rey de Misericordia deseo colmar las almas de gracias, pero no quieren aceptarlas (...) Oh, qué grande es la indiferencia de las almas por tanta bondad, por tantas pruebas de amor (...) Tienen tiempo para todo, solamente no tienen tiempo para venir a Mí a tomar las gracias” (Diario, 367).

 

  1. Meditación.

El Corazón de Jesús en las enseñanzas de los Papas.

   El Señor resucitado se aparece a los discípulos y, a ellos, que lo habían abandonado, les ofrece su misericordia, mostrándoles sus llagas. … acompañadas por un saludo, que se menciona tres veces: «¡La paz esté con ustedes!» (Jn 20,19.21.26). ¡La paz esté con ustedes! Es el saludo del Resucitado, que sale al encuentro de toda debilidad y error humano. …

  ¡La paz esté con ustedes! repite el Señor por tercera vez cuando se les aparece nuevamente a los discípulos ocho días después, para confirmar la fe tambaleante de Tomás. Tomás quiere ver y tocar. Y el Señor no se escandaliza de su incredulidad, sino que va a su encuentro: «Trae aquí tu dedo y mira mis manos» (v. 27). No son palabras desafiantes, sino de misericordia. Jesús comprende la dificultad de Tomás, no lo trata con dureza y el apóstol se conmueve interiormente ante tanta bondad. […]

  En Tomás está la historia de todo creyente, de cada uno de nosotros. Hay momentos difíciles, en los que parece que la vida desmiente a la fe, en los que estamos en crisis y necesitamos tocar y ver. Pero, como Tomás, es precisamente en esos momentos cuando redescubrimos el corazón del Señor, su misericordia. Jesús, en estas situaciones, no viene hacia nosotros de modo triunfante y con pruebas abrumadoras, no hace milagros rimbombantes, sino que ofrece cálidos signos de misericordia. Nos consuela con el mismo estilo del Evangelio de hoy: ofreciéndonos sus llagas. No olvidemos esto, ante el pecado, el más escandaloso pecado nuestro o de los demás, está siempre la presencia del Señor que ofrece sus llagas. No olvidemos eso.

Y nos hace descubrir también las llagas de los hermanos y de las hermanas. Sí, la misericordia de Dios, en nuestras crisis y en nuestros cansancios, a menudo nos pone en contacto con los sufrimientos del prójimo. (Domingo de la Misericordia Divina.  Abril 24, 2022)

 

 

  1. El prójimo en el Corazón de Cristo.

   Piensa en tantas personas que viven su vida alejadas de Dios, sin motivación para las cosas espirituales. La Divina Misericordia nos invita a interceder por ellos

   - Pregunta a Jesús Resucitado, por quién El quiere que ores de modo especial hoy.

 

 

III. Oramos

 

  1. Oremos con santa Faustina: (Diario, 1229)

 

Oración a Jesús: Jesús piadosísimo, que eres la compasión misma, Te traigo a las almas tibias a la morada de Tu piadosísimo Corazón. Que estas almas heladas que se parecen a cadáveres y Te llenan de gran repugnancia se calienten con el fuego de Tu amor puro. Oh Jesús tan compasivo, ejercita la omnipotencia de Tu misericordia y atráelas al mismo ardor de Tu amor y concédeles el amor santo, porque Tú lo puedes todo.

 

Alabemos la Misericordia Divina:

El fuego y el hielo no pueden estar juntos,

Ya que se apaga el fuego o se derrite el hielo.

Pero Tu misericordia, oh Dios,

Puede socorrer las miserias aún mayores.

 

Oración al Padre: Padre eterno, mira con misericordia a las almas tibias que, sin embargo, están acogidas en el piadosísimo Corazón de Jesús. Padre de la misericordia, Te suplico por la amarga Pasión de Tu Hijo y por su agonía de tres horas en la cruz, permite que también ellas glorifiquen el abismo de Tu misericordia.

 

  1. Reza la Coronilla de la Divina Misericordia según la intención del dia.

 

  1. Oración final:

Hoy es recomendable terminar la Novena con el acto de consagración del Mundo a las Divina Misericordia del Papa san Juan Pablo II.

 

Acto de confiar el Mundo a la Divina Misericordia

San Juan Pablo II

Dios, Padre Misericordioso, que has revelado tu amor en tu Hijo Jesucristo y lo has derramado sobre nosotros en el Espíritu Santo, Consolador, te encomendamos hoy el destino del Mundo, de nuestra patria y de todo hombre. Inclínate hacia nosotros, pecadores; sana nuestra debilidad; derrota todo mal; haz que todos los habitantes de la tierra experimenten tu misericordia, para que en ti, Dios uno y trino, encuentren siempre la fuente de la esperanza.

Padre eterno, por la dolorosa pasión y gloriosa Resurrección de tu Hijo, ten misericordia de nosotros y del mundo entero. Amén.

 

 

  1. Mi compromiso de misericordia hoy:

Hacernos cargo de las llagas del prójimo en el tiempo de Misericordia.

Hay alguien en tu vecindario, familia o círculo de amistades que poco frecuenta la Iglesia? Compártele el mensaje de la Divina Misericordia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Entronización

de la imagen de la Divina Misericordia

en el hogar y Consagración de la familia a Jesús Misericordioso

 

 

 

 Preparación de la Entronización.

Cuanto mejor sea la preparación de la ceremonia de la entronización, más abundantes también serán las gracias y las bendiciones derramadas sobre las familias. Esta preparación puede hacerse en tres días (triduo) o en nueve (novena). Puede consistir en la recitación de las Letanías de la Misericordia, acompañada  por la Coronilla, y en la lectura de algunos apartes del Diario de santa Faustina referentes a la Imagen (Ver anexo 1)

 

 

EL RITO

   El rito o ceremonia de la Entronización de la Imagen de la Divina Misericordia consiste en presentar la Imagen a una familia por un sacerdote, su representante, o un miembro delegado de la familia.  La lectura y meditación de la Palabra de Dios y el acto de consagración a la Divina Misericordia.

 

El rito de la entronización de la imagen en el hogar puede ser:

  1. Saludo y animación. Canto.
  2. Lectura de la Palabra y breve reflexión
  3. Bendición de la Imagen. (Puede ser bendecida previamente en la iglesia)
  4. Ofrecimiento de la Coronilla: Coronilla de la Divina Misericordia
  5. Consagración de la familia a Jesús Misericordioso.
  6. Acción de gracias: Letanías de la Misericordia.
  7. Bendición.

 

  1. Saludo. Monición.

La entronización exalta al Dios Misericordioso quien dijo: Yo soy el Rey de la Misericordia (Diario, 88) honrándolo con un corazón confiado. La entronización de la Imagen es un acto de compromiso total a este Rey de la Misericordia. Es un acto de confianza con que expresamos nuestro deseo de reconciliación, sanación y transformación.

Con la Entronización ponemos nuestra confianza en el misericordioso Jesús para que restaure la dignidad de la familia y cure cualquier estado de rotura. Nuestro compromiso afecta todo el Cuerpo de Cristo cuando oramos con una voz... "ten misericordia de nosotros y de todo el mundo."

 

  1. Lectura de la Palabra

Se han de seleccionar una o dos de las lecturas siguientes:

Romanos 12, 9-21 (Caridad fraternal)

Juan 21, 19-23 (Aparición del resucitado)

 

Se pueden seleccionar también otras lecturas de la Biblia que se relacionen con la misericordia de Dios y su práctica.

 

Quien preside puede exhortar al grupo en la profunda significación de la entronización; el significado de la Divina Misericordia en el hogar y la importancia de la oración familiar; las bendiciones especiales y sobrenaturales de que son objeto si ellas son fieles a sus compromisos; Se debe dar importancia a los temas de: confianza en Dios, el deseo de recibir y practicar la misericordia, y de perdonar a los enemigos y los que nos han herido.

 

  1. Bendición de la imagen y entronización

Si no hay sacerdote disponible, se puede bendecir antes en la Iglesia o en el Domingo de la Fiesta de la Misericordia.

 

El sacerdote bendice la imagen.

Oremos: Dios Omnipotente y Eterno, que no desapruebas ver que esculpamos o pintemos las imágenes de Tus Santos, porque cada vez que las vemos con los ojos del cuerpo, meditamos sobre su Santidad y sus actos con los ojos de la memoria; dígnate bendecir y santificar, Te lo pedimos, esta imagen (o escultura) preparada en honor y memoria de tu Divina Misericordia; y concede a quienes se esfuercen en honrar y adorar suplicantes este Santísimo atributo de Tu Misericordia, obtengan la gracia en la vida presente y la gloria eterna en el futuro. Por Cristo Nuestro Señor.

  1. Amén.

 

Entronización: Luego el jefe de familia coloca la imagen en el lugar de honor a fin de rendir homenaje a la soberanía de amor de Jesucristo en todas partes despreciada.

 

  1. La Coronilla de la Misericordia

El rezo devoto de la Coronilla, según lo pidió Nuestro Señor mismo, prepara a la familia al acto final de su consagración. Con esta Coronilla se ofrece al Padre Celestial la Persona del Hijo de Dios Encarnado. Cuando invocamos la dolorosa Pasión de Jesús, hacemos reparación de nuestros pecados y los pecados de todo el mundo. La familia suplica a Jesús por la misericordia que El desea impartir a ellos y a todo el mundo.

 

  1. La Consagración a Jesús misericordioso.

  Hay que reclamar el hogar para Jesucristo. Con la ayuda de la presencia de Jesús, el hogar se convierte en una fortaleza contra los ataques de los enemigos de la familia y la fe. Es ahí donde Cristo trae la paz, sanación y reconciliación.

   Esta es una ocasión muy especial para la familia. Los miembros de la familia se ponen de pie o se arrodillan frente a la Imagen y con mucha reverencia y devoción recitan la oración de consagración:

 

Acudo a Tu misericordia, Dios compasivo, ya que sólo Tú eres bondad. Aunque mi miseria es grande y mis ofensas muchas, confío en Tu misericordia y desde tiempo inmemorial nunca se ha oído, ni el cielo ni la tierra recuerdan que un alma confiada en Tu misericordia haya quedado decepcionada. Oh Dios de piedad, sólo Tú puedes justificarme y jamás me rechazaras, cuando yo, arrepentida, me acerque a Tu Corazón misericordioso, del cual nadie ha sido rechazado jamás, aunque haya sido el pecador mas grande. (Diario, 1730) Antes el cielo y la tierra se vuelven a la nada, que Mi misericordia deje de abrazar a un alma confiada. (Diario 1777)

   Oh Jesús, Amigo del Corazón solitario, Tú eres mi puerto, Tú eres mi paz, Tú eres mi Única salvación. Tú eres la serenidad en los momentos de lucha y en el mar de dudas. Tú eres el rayo brillante que ilumina el sendero de mi vida. Tú eres todo para el alma solitaria. Tú comprendes al alma, aunque ella permanezca callada. Tú conoces nuestras debilidades y como un buen médico consuelas y curas, ahorrándonos sufrimientos, como un buen experto. (Diario, 247)

 

 

 

 

 

 

 

 

Acto de confiar el Mundo a la Divina Misericordia

 

Letanías de la Divina Misericordia. (Diario 949-951).

 

Misericordia Divina, que brota del seno del Padre. R/ En ti confío.

Misericordia Divina, Supremo atributo de Dios...

Misericordia Divina, Misterio incomprensible...

Misericordia Divina, Fuente que brota del misterio de la Santísima

Trinidad...

Misericordia Divina, insondable para todo entendimiento humano o angélico...

Misericordia Divina, de donde brotan toda vida y felicidad...

Misericordia Divina, más sublime que los cielos...

Misericordia Divina, fuente de milagros y maravillas...

Misericordia Divina, que abarca todo el universo...

Misericordia Divina, que baja al mundo en la Persona del Verbo Encarnado...

Misericordia Divina, que manó de la herida abierta del Corazón de Jesús...

Misericordia Divina, encerrada en el Corazón de Jesús para nosotros y especialmente para los pecadores...

Misericordia Divina, impenetrable en la institución de la sagrada Hostia...

Misericordia Divina, en la institución de la santa Iglesia...

Misericordia Divina, en el sacramento del santo bautismo...

Misericordia Divina, en nuestra justificación por Jesucristo...

Misericordia Divina, que nos acompaña durante toda la vida...

Misericordia Divina, que nos abraza especialmente en la hora de la muerte...

Misericordia Divina, que nos otorga la vida inmortal...

Misericordia Divina, que nos acompaña en cada momento de nuestra vida...

Misericordia Divina, que nos protege del fuego infernal...

Misericordia Divina, en la conversión de los pecadores empedernidos...

Misericordia Divina, asombro para los ángeles, incomprensible para los santos...

Misericordia Divina, insondable en todos los misterios de Dios...

Misericordia Divina, que nos rescata de toda miseria...

Misericordia Divina, fuente de nuestra felicidad y deleite...

Misericordia Divina, que de la nada nos llamó a la existencia...

Misericordia Divina, que abarca todas las obras de sus manos...

Misericordia Divina, corona de todas las obras de Dios...

Misericordia Divina, en la que estamos todos sumergidos...

Misericordia Divina, dulce consuelo para los corazones angustiados....

Misericordia Divina, única esperanza de las almas desesperadas...

Misericordia Divina, remanso de corazones, paz ante el temor...

Misericordia Divina, gozo y éxtasis de las almas santas...

Misericordia Divina, que infunde confianza contra toda esperanza...

 

ORACION: Oh Dios eterno, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros tu mirada y aumenta tu misericordia en nosotros, para que en momentos difíciles no nos desesperemos ni nos desalentemos, sino que con gran confianza, nos sometamos a tu santa voluntad que es el amor y la misericordia misma.

 

R/: Oh, incomprensible e impenetrable Misericordia de Dios, ¿quién puede glorificarte y adorarte dignamente? Oh, Supremo atributo de Dios todopoderoso, tú eres la dulce esperanza del pecador

 

Acto de confiar el Mundo a la Divina Misericordia

San Juan Pablo II (Agosto 18, 2002)

Dios, Padre Misericordioso, que has revelado tu amor en tu Hijo Jesucristo y lo has derramado sobre nosotros en el Espíritu Santo, Consolador, te encomendamos hoy el destino del Mundo, de nuestra patria y de todo hombre. Inclínate hacia nosotros, pecadores; sana nuestra debilidad; derrota todo mal; haz que todos los habitantes de la tierra experimenten tu misericordia, para que en ti, Dios uno y trino, encuentren siempre la fuente de la esperanza.

Padre eterno, por la dolorosa pasión y gloriosa Resurrección de tu Hijo, ten misericordia de nosotros y del mundo entero. Amén.

 

 (Un gesto visible de esta consagración podría ser que los miembros de la familia la firmasen).

 

(Esta consagración puede ser renovada cada semana, los viernes a las 3 de la tarde, la Hora de la Misericordia, o en otro tiempo conveniente a la familia).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Domingo de la Divina Misericordia

II Domingo de Pascua

 

 

(Subsidio litúrgico)

 

 

RITOS INICIALES

 

Monición inicial

 

Nos congregamos hoy, con particular júbilo y gratitud, para celebrar el II Domingo de Pascua, “el compendio de los días de la Misericordia” como afirma San Agustín.

Con esta celebración estamos cerrando la Octava de Pascua, el gran Domingo en que celebramos el triunfo de Cristo sobre la muerte y el pecado.

Tal como lo estableció san Juan Pablo II, este día, desde el año jubilar 2000, lleva oficialmente por título “Domingo de la Divina Misericordia”, y, por su disposición se encuentra oficialmente enriquecido con la Indulgencia Plenaria, en respuesta a los actos de culto que hoy se rindan a la Misericordia de Dios.

Con estas disposiciones, san Juan Pablo II acogió generosamente el deseo manifestado por Nuestro Señor Jesucristo a Santa Faustina Kowalska, en su revelación el 22 de febrero de 1931, solicitando que el segundo Domingo de Pascua se dedicara de manera especial al misterio de la inconcebible Misericordia de Dios. (cfr. Diario 49)

   ¡Qué esta celebración sea para nosotros, y para el mundo entero, fuente de innumerables gracias brotadas de las entrañas de la Misericordia de Dios!

 

Monición para la Liturgia de la Palabra

Al instituir el Domingo de la Divina Misericordia, el Papa san Juan Pablo II no invitó a acoger la Liturgia de la Palabra de este día desde la perspectiva de la Misericordia.

 

Dejemos que sea el propio san Juan Pablo II quien, a través de sus palabras, nos oriente en la forma en que desea celebremos esta liturgia: “Es importante que acojamos íntegramente el mensaje que nos transmite la palabra de Dios en este segundo domingo de Pascua (…) A través de las diversas lecturas, la liturgia parece trazar el camino de la misericordia que, a la vez que reconstruye la relación de cada uno con Dios, suscita también entre los hombres nuevas relaciones de solidaridad fraterna. Cristo nos enseñó que "el hombre no sólo recibe y experimenta la misericordia de Dios, sino que está llamado a "usar misericordia" con los demás: "Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia".

 

¡Que estas palabras de san Juan Pablo II guíen nuestra mente y nuestro corazón a lo largo de esta celebración.

 

 

Oración de los Fieles

Hermanos, presentemos nuestras súplicas al Padre Eterno, quien a través del Verbo Encarnado, nos ha dado a conocer el abismo de Su misericordia. Reconociéndonos hijos infinita e incondicionalmente amados, pidámosle con confianza:

R/ Padre Eterno, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

 

Por el mundo entero. Para que comprenda y acoja el mensaje de la Divina Misericordia, el cual nos invita a una vida basada en el espíritu de confianza en Dios y, de permanente práctica de misericordia hacia el prójimo. Roguemos al Señor.

 

Por nuestro país. Para que continúe siendo abundantemente bendecido y protegido por Dios, conservándolo como un país libre y soberano, donde se respetan los derechos humanos desde el momento de la concepción en la vejez y muerte. Roguemos al Señor.

 

Por nuestros gobernantes y legisladores. Para que escuchando el llamado de Jesús: “El mundo no encontrara la paz hasta que se dirija con confianza a mi Misericordia” (Cfr. Diario 699) con la gracia del Espíritu Santo, puedan comprender que ningún proyecto humano podrá jamás superar en perfección, sabiduría, justicia y amor, al proyecto de Dios para con la humanidad. Roguemos al Señor.

 

Por nuestra Iglesia, fundada por Cristo. Para que, acogiendo con generosidad y sabiduría el ardiente deseo de la Divina Misericordia, difunda en el mundo entero, con coraje y renovado vigor, este mensaje de la misericordia, ya que, en sus propias palabras: “en la misericordia de Dios el mundo encontrará la paz, y el hombre, la felicidad”. Roguemos al Señor.

 

Por todas las familias del mundo. Para que, por medio del ejercicio cotidiano de la misericordia; manifestada en el amor gratuito, incondicional, siempre dispuestas al diálogo y al perdón, encuentren la unión, la paz y la felicidad. Roguemos al Señor.

 

Por todos los jóvenes del mundo. Para que se percaten de la gran necesidad que tienen Cristo y el mundo, de respuestas valientes y generosas a las vocaciones sacerdotales y religiosas. Roguemos al Señor.

 

Por los enfermos. Para que Dios Padre conceda la salud a los enfermos, fortaleza a quienes los cuidan, consuelo a las familias. Que mientras dura su tribulación, todos puedan encontrar alivio en la Divina misericordia

 

Por los difuntos. Para que les lleguen los torrentes de misericordia que hoy brotan de manera extraordinaria desde las entrañas de Dios, y sean acogidos en la paz del Padre misericordioso. Roguemos al Señor.

 

Por todos nosotros, acá reunidos. Para que, con nuestras vidas, podamos siempre reflejar el amor misericordioso de Dios, contribuyendo así a la construcción de una sociedad más justa, solidaria, pacífica y feliz. Roguemos al Señor.

 

Oremos.

Señor, que por Tu infinita misericordia nos has creado, redimido, y nos tienes dispuesta la gloria eterna, haz que demos en esta vida abundantes frutos de misericordia, para que el mundo Te pueda conocer a través de nuestras

 

 

RITOS CONCLUSIVOS

 

  1. Puede hacerse en este momento el acto de veneración de la Imagen y bendición de las imágenes traídas.

 

  1. Acto de confiar el Mundo a la Divina Misericordia (San Juan Pablo II)

Dios, Padre Misericordioso, que has revelado tu amor en tu Hijo Jesucristo y lo has derramado sobre nosotros en el Espíritu Santo, Consolador, te encomendamos hoy el destino del Mundo, de nuestra patria y de todo hombre. Inclínate hacia nosotros, pecadores; sana nuestra debilidad; derrota todo mal; haz que todos los habitantes de la tierra experimenten tu misericordia, para que en ti, Dios uno y trino, encuentren siempre la fuente de la esperanza.

Padre eterno, por la dolorosa pasión y gloriosa Resurrección de tu Hijo, ten misericordia de nosotros y del mundo entero. Amén.

 

  1. Bendición del pueblo

 

Monición de envío

 

Como los apóstoles, en esta celebración hemos sido fortalecidos al encontrarnos con Cristo Glorioso y Resucitado quien nos ha brindado abundantemente el don de la consolación del Espíritu Santo.

 

Confiar en Jesús no es un sentimiento pasajero, sino una elección: vivir como hijos de Dios, siendo misericordiosos como él [Lucas ,3)], en casa, la escuela, el trabajo, con los vecinos, los amigos, los que nos rodean, y los más necesitados, ayudándoles a tener una vida digna, a progresar, a encontrar a Dios y ser felices.

 

Hagámonos este propósito como fruto de esta Fiesta de la Divina Misericordia. Así comprobaremos aquello que Jesús dijo a santa Faustina: