El Año Jubilar de la Misericordia es una confirmación, que la Casa de la Misericordia va por el camino que Dios quiere

Durante su reciente visita a Bogotá, nuestro fundador Juan Carlos Saucedo dijo que la proclamación del Papa Francisco del Año Jubilar de la Misericordia, es una confirmación que la Casa de la Misericordia va por el camino que Dios quiere que la Iglesia vaya.
De regreso del Brasil donde tuvo la oportunidad de participar en el Pre- Congreso Continental de la Misericordia, Juan Carlos paso por Bogotá, y dijo: “la proclamación del Año de la Misericordia es muy significativo para la Casa de la Misericordia, porque venimos ya hace un tiempo bastante amplio proclamando la misericordia de Dios en esta línea, compartiendo la espiritualidad de la misericordia. Hemos dicho que el encuentro con la Palabra nos da esa posibilidad de encontrarnos con la misericordia, anunciando la misericordia de Dios a través de las “Escuelas de los Misioneros de la Misericordia”, a través de los Seminarios de Vida en la Misericordia, de nuestras comunidades, a través también, de la visita a los hermanos privados de libertad, de la visita a los enfermos, del compartir nuestras comunidades en las casas de la misericordia, de las vigilias que realizamos, de las Horas de la Misericordia. Para nosotros todo se desenvuelve a partir de la misericordia. Por eso La proclamación del Papa es una confirmación, que vamos por el camino que Dios quiere que la Iglesia vaya, y bendigo y alabo al Señor porque Él ha sido misericordioso con nosotros y estamos alegres”.
Antes de partir nuevamente a Panamá Juan Carlos hizo extensiva sus recomendaciones a todos los misioneros de la Casa de la Misericordia, a las comunidades, funcionarios y servidores de la Casa de la Misericordia de cómo prepararse para vivir el jubileo de la misericordia: “Los invitó a seguir fuerte y constantemente leyendo la Palabra de Dios. Que el Rosario sea parte de nuestra vida de fe, ojalá podamos hacer diariamente los cuatro rosarios a la Virgen María. Para prepararse, contemplar la Pasión de Jesús a las tres de la tarde, hacer la coronilla en algún momento del día y encontrarse con la Palabra en la mañana y en la noche con el método que proponemos y la eucaristía que sin lugar a dudas es fuente de misericordia”.